El Secreto del Centro de Animales Felices



Había una vez en la selva de Argentina, un grupo de animales muy curiosos que vivían juntos en armonía. Había un león llamado Leo, una jirafa llamada Jazmín, un mono llamado Marcelo y una cebra llamada Candela.

Todos los días se reunían alrededor de un árbol mágico para escuchar las historias que les contaba el viejo búho sabio.

Un día, mientras estaban reunidos debajo del árbol mágico, el búho les dijo a los animales: "Hoy he tenido una visión en la que vi algo extraordinario suceder en el CAF (Centro de Animales Felices). Parece ser que algo maravilloso está por ocurrir allí". -¡Qué emoción! ¿Qué será lo que va a pasar? -preguntó Jazmín con entusiasmo.

-¡No veo la hora de descubrirlo! -exclamó Marcelo saltando de rama en rama. Leo, el león líder del grupo, decidió que todos deberían ir al CAF para ver con sus propios ojos lo que estaba por suceder.

Así que emprendieron juntos el viaje hacia ese lugar tan especial. Al llegar al CAF, se encontraron con otros animales felices y curiosos que también estaban esperando ansiosos por saber qué iba a pasar.

De repente, vieron cómo empezaba a brillar una luz muy intensa desde el centro del lugar. Todos los animales se acercaron cautelosos pero emocionados para ver qué era aquello. De pronto, de entre la luz apareció un hada madrina muy amable y cariñosa.

Les dijo a todos los presentes: "He venido aquí para concederles un deseo muy especial a cada uno de ustedes. Solo tienen que pedirlo con sinceridad y se hará realidad". Los animales no podían creerlo.

Tenían la oportunidad de pedir un deseo y verlo cumplido ante sus propios ojos. Uno por uno fueron expresando sus deseos más profundos y sinceros:-Jazmín deseaba poder alcanzar las hojas más altas del árbol sin esfuerzo. -Marcelo quería aprender a tocar música con instrumentos.

-Candela anhelaba correr más rápido y sentirse libre como el viento. -Y Leo simplemente pidió poder proteger a todos los habitantes de la selva. El hada madrina sonrió y comenzó a hacer magia con su varita.

Pronto, Jazmín sintió cómo su cuello se alargaba permitiéndole alcanzar las hojas más altas sin dificultad. Marcelo recibió un tambor y unas baquetas para empezar a practicar música. Candela notó cómo sus patas cobraban fuerza extra para correr velozmente por la selva.

Y Leo sintió cómo su corazón se llenaba de valentía y determinación para proteger a todos. Los animales estaban felices y agradecidos por haber tenido esa experiencia única en el CAF.

Se dieron cuenta de lo importante que era creer en sus sueños y trabajar juntos para hacerlos realidad.

Desde ese día, los habitantes del bosque vivieron aún más felices y unidos gracias al poder de la magia del CAF donde los deseos sinceros podían convertirse en hermosas realidades si se creía en ellos con todo el corazón. Y así termina esta historia llena de magia, amistad y aprendizaje en la selva argentina donde todo es posible si se cree con amor y sinceridad en nuestros sueños más profundos.

FIN.

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