El secreto del jardín mágico



Había una vez en un pueblito encantado, un niño llamado Mateo que siempre soñaba con tener un jardín mágico en su casa. Un día, Mateo decidió convertir su sueño en realidad y se puso manos a la obra.

Con la ayuda de su familia, limpiaron el terreno detrás de su casa, quitaron las malas hierbas, y sembraron semillas de flores y vegetales. Todos trabajaron arduamente y con mucho amor para convertir aquel jardín descuidado en un oasis de belleza.

Mateo aprendió sobre la importancia del trabajo en equipo y el cuidado de la naturaleza. Sus padres le enseñaron a sembrar, regar y cuidar las plantas. Con paciencia y dedicación, el jardín comenzó a florecer. Pero un día, algo inesperado sucedió.

Un grupo de duendes traviesos decidió jugar una mala pasada a Mateo. En la noche, estos duendes esparcieron caca por todo el jardín, convirtiéndolo en un desastre.

Mateo se levantó al día siguiente y quedó impactado al ver el caos en su jardín. Lloró desconsolado y pensó en abandonar su sueño. Pero su abuelita, una mujer sabia y amorosa, le dijo: 'Mateo, no podemos permitir que estos duendes malvados arruinen lo que con tanto esfuerzo construimos.

Debemos hacer algo al respecto'. Inspirado por las palabras de su abuelita, Mateo decidió enfrentar a los duendes. Buscó en su corazón y recordó todo lo aprendido durante la creación del jardín. Armado de valentía, emprendió una misión para limpiar el desastre.

Con astucia y determinación, logró convencer a los duendes de que habían cometido un gran error y que juntos podían arreglarlo. Con la ayuda de los duendes, Mateo limpió el jardín y lo transformó en un lugar aún más hermoso que antes.

Los duendes, avergonzados por su mal comportamiento, prometieron cuidar el jardín y convertirse en sus guardianes.

Desde ese día, el jardín de Mateo floreció como nunca antes, y se convirtió en un lugar mágico donde la alegría y la amistad reinaban para siempre.

FIN.

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