El secreto del lago sagrado

Hace mucho tiempo, en la comunidad de Sallacucho, se contaba un misterioso y fascinante mito sobre el lago sagrado. Según la leyenda, en el fondo del lago vivía un ser mágico capaz de conceder un deseo a aquel que lograra superar las pruebas para llegar hasta él. Nadie sabía exactamente qué pruebas eran, pero todos los jóvenes del pueblo ansiaban intentarlo.

Un valiente y curioso niño llamado Mateo escuchó el mito y decidió emprender la aventura para descubrir la verdad. "¿Qué estás haciendo, Mateo?", le preguntaron sus amigos. "Voy a descubrir el misterio del lago sagrado y traer un deseo para nuestro pueblo", respondió determinado.

Mateo se adentró en el bosque, atravesó montañas y ríos, enfrentando peligros y desafíos con valentía. Finalmente, llegó al lago sagrado. Allí, se encontró con un viejo sabio que le dijo: "Para llegar al ser mágico, deberás demostrar tu coraje, sabiduría y compasión".

Mateo enfrentó tres pruebas: vencer sus miedos en un laberinto oscuro, resolver acertijos que desafiaban su intelecto, y ayudar a un animal herido en el camino. Con ingenio, valentía y bondad, logró superar cada desafío. Al fin, llegó al fondo del lago, donde encontró a un majestuoso dragón de escamas brillantes. El dragón le dijo: "Has demostrado ser digno, noble y valiente. ¿Cuál es tu deseo, Mateo?".

Mateo pensó en su pueblo y en lo que más necesitaban: agua limpia para todos. Entonces, pidió al dragón que purificara el agua del lago para que todos pudieran beberla sin temor a enfermarse. El dragón concedió su deseo y, con un rugido poderoso, el lago cobró vida con aguas cristalinas.

Regresó al pueblo como un héroe, y el agua del lago sagrado se convirtió en símbolo de pureza, esperanza y valentía. Desde ese día, Mateo inspiró a todos a enfrentar sus miedos, superar desafíos y ayudar al prójimo, demostrando que incluso los mitos pueden encerrar valiosas lecciones para la comunidad de Sallacucho.