El secreto del libro mágico
En una ciudad muy colorida y llena de risas vivía Daniel, un niño curioso y lleno de energía. A Daniel le encantaba la televisión, y pasaba horas viendo programas de música, dibujos animados y deportes.
Pero Daniel no quería aprender a leer, no le interesaba para nada. Prefería ver la tele todo el día, sin darse cuenta de que el tiempo pasaba lentamente y no aprendía nada nuevo.
Un día, Daniel conoció a Lucas, un niño de su misma edad que siempre llevaba consigo un libro mágico. -
Daniel, ¿por qué no quieres aprender a leer? - le preguntó Lucas. -
No me interesa, ¡yo solo quiero ver la tele! - respondió Daniel con desdén.
Lucas, con una sonrisa en el rostro, le dijo: -
Creo que puedo ayudarte a entender lo maravilloso que es saber leer. Toma este libro mágico y ábrelo cuando estés listo para un gran descubrimiento. Daniel, intrigado, tomó el libro y lo guardó en su mochila.
Esa noche, mientras zapeaba los canales de la televisión, se aburrió de ver siempre lo mismo. Decidió probar suerte con el libro mágico de Lucas. Al abrirlo, algo asombroso sucedió.
Las páginas brillaron intensamente y, de repente, Daniel se encontró dentro del libro. Era como si hubiera sido transportado a un mundo lleno de aventuras y conocimiento. A medida que leía, descubría mundos mágicos, personajes fascinantes y emocionantes historias.
Daniel se dio cuenta de que aprender a leer le abría las puertas a un universo de posibilidades. Poco a poco, se convirtió en un lector voraz, devorando cada palabra, cada historia, cada conocimiento que encontraba en sus libros.
Ahora, Daniel no solo veía la televisión, también exploraba los libros y aprendía sobre el mundo que lo rodeaba. Con el tiempo, el esfuerzo de Daniel por leer le permitió mejorar en la escuela, comprender mejor el mundo que lo rodeaba y comunicarse con los demás de una manera más efectiva.
Además, descubrió que podía escribir mensajes y disfrutar de las maravillas de la tecnología. Daniel comprendió que aprender a leer lo llevó a vivir aventuras más increíbles que cualquier programa de televisión.
Y desde ese día, siempre llevaba consigo un libro y su nuevo tesoro: el libro mágico que le ayudó a descubrir el maravilloso mundo de la lectura.
FIN.