El secreto del mar


Había una vez un niño llamado Juan, que estaba de vacaciones en la playa junto a sus tíos. Un día, mientras jugaba en la arena, decidió hacer un hueco muy grande para ver qué había debajo.

¡Pero lo que no esperaba era caerse dentro del agujero y terminar en el fondo del mar! Cuando Juan abrió los ojos, se encontró rodeado de peces de colores y algas ondulantes.

Estaba asustado al principio, pero entonces vio acercarse a un delfín amigable que le sonreía. "¡Hola! Soy Delfi, ¿cómo te llamas tú?" -preguntó el delfín con curiosidad. Juan se presentó y le contó cómo había llegado hasta allí.

Delfi le explicó que él lo había visto desde lejos y decidió llevarlo a conocer su mundo submarino. "¡Qué emocionante! Nunca imaginé que podría estar bajo el mar", exclamó Juan maravillado. Delfi llevó a Juan a recorrer arrecifes de coral llenos de vida marina, cuevas misteriosas y barcos hundidos.

Le enseñó cómo comunicarse con los peces a través de burbujas y jugar con las mantarrayas traviesas. Pasaron horas explorando juntos, riendo y descubriendo secretos del océano.

Pero cuando empezaba a anochecer, Delfi recordó algo importante:"Juan, pronto será hora de regresar a la superficie. Tu familia debe estar preocupada por ti. "Juan asintió con tristeza, sabiendo que extrañaría aquel mundo submarino fascinante.

Subieron juntos hacia la luz del sol filtrándose desde arriba hasta llegar nuevamente a la playa donde todo comenzó. Al salir del agua, los tíos de Juan lo abrazaron emocionados al verlo sano y salvo.

Él les contó sobre su increíble aventura junto a Delfi y cómo aprendió tanto sobre el océano gracias al amistoso delfín. Desde ese día, cada vez que Juan visitaba la playa recordaba su viaje submarino con cariño.

Y siempre miraba al horizonte esperando volver a encontrarse con su amigo Delfi para seguir explorando juntos nuevos tesoros bajo el mar. Y así fue como una simple caída en un agujero en la arena se convirtió en la experiencia más inolvidable e inspiradora para Juan, quien aprendió que los verdaderos amigos pueden venir de cualquier parte...

incluso del fondo del mar.

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