El secreto del mono fantasma



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Espanto, un niño llamado Tomás que siempre había sentido fascinación por las historias de terror y los fantasmas.

Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, se encontró con una vieja mansión abandonada que todos decían estaba embrujada. Tomás, emocionado por la idea de explorar la casa embrujada, decidió entrar sin dudarlo.

Al principio todo parecía normal, pero pronto comenzaron a ocurrir cosas extrañas: puertas que se cerraban solas, ruidos misteriosos y sombras que se movían por las paredes. "¡Esto es increíble! ¡Estoy dentro de una casa embrujada de verdad!"- exclamaba Tomás emocionado, aunque un poco asustado.

De repente, en medio de la oscuridad, apareció un monstruo enorme con forma de mono. Tenía ojos brillantes y largos colmillos afilados. Tomás sintió miedo al principio, pero luego recordó todas las historias que había leído sobre valientes héroes que enfrentaban a los monstruos.

"¡Tranquilo amigo monstruo! No quiero hacerte daño. ¿Por qué estás aquí?"- preguntó Tomás con valentía. El monstruo mono fantasma miró a Tomás con sorpresa. Nadie antes le había hablado con tanta amabilidad y valentía.

Entonces le contó su historia: años atrás, él había sido un mono mascota de la familia que vivía en la mansión. Pero cuando la familia se mudó y lo dejaron atrás, murió solo y triste en el bosque.

Desde entonces su espíritu quedó atrapado en la casa embrujada. Tomás sintió compasión por el monstruo mono fantasma y decidió ayudarlo a encontrar paz.

Juntos exploraron cada rincón de la mansión hasta llegar al ático donde encontraron una vieja caja llena de recuerdos del pasado del mono. "Creo que esto te pertenece"- dijo Tomás mientras le entregaba al monstruo una fotografía antigua donde aparecía feliz junto a su familia.

El monstruo mono fantasma tomó la foto entre sus garras y comenzó a brillar intensamente hasta desaparecer lentamente en el aire. En ese momento, toda la mansión dejó de temblar y los ruidos cesaron. Tomás salió corriendo hacia afuera justo a tiempo para ver cómo los primeros rayos del sol iluminaban Villa Espanto.

La casa ya no estaba embrujada y el pueblo entero celebraba la valentía del niño que logró liberar al fantasma del mono.

Desde ese día en adelante, Tomás aprendió que no todo lo desconocido es necesariamente malo y que incluso los seres más temibles pueden tener historias tristes detrás. Y así, se convirtió en el héroe más querido de Villa Espanto.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!
1