El Secreto del Número 7
En un pequeño pueblo llamado Numerolandia, vivían los números del 1 al 10. Cada número tenía su propia casita y se llevaban todos muy bien. Pero un día, el número 7 comenzó a sentirse triste y aburrido.
- ¿Qué te pasa, número 7? -preguntó el número 5 preocupado. - Estoy cansado de ser siempre el mismo número, quiero ser diferente y especial como los demás -respondió el número 7 con tristeza.
Los demás números se miraron entre ellos, pensando en cómo podrían ayudar a su amigo. Fue entonces cuando la imaginación de la pequeña niña Luna les dio una idea brillante.
- ¡Vamos a pedirle ayuda al Mago Matemático! Él seguro que puede hacer algo para que el número 7 se sienta único -exclamó Luna emocionada. Sin dudarlo, los números y Luna partieron hacia la cueva del Mago Matemático, un anciano sabio que conocía todos los secretos de los números y las operaciones matemáticas.
Al llegar a la cueva, fueron recibidos por el Mago Matemático con una sonrisa enigmática. - ¿En qué puedo ayudarles, queridos amigos? -preguntó el Mago Matemático con voz grave pero amable. - El número 7 quiere ser especial y diferente como nosotros.
¿Podrías hacer algo para ayudarlo? -explicó Luna con entusiasmo. El Mago Matemático reflexionó durante unos segundos y luego dijo:- Tengo una idea. Voy a darle al número 7 la capacidad de multiplicarse por sí mismo.
Así podrá formar combinaciones únicas y especiales que lo harán destacar entre todos nosotros. Y sin más preámbulos, el Mago Matemático pronunció un hechizo mágico sobre el número 7.
De repente, el número empezó a brillar con una luz dorada y se dividió en dos números idénticos: dos sietes brillantes y relucientes. Todos los números observaban maravillados cómo el nuevo —"77" comenzaba a explorar sus nuevas habilidades.
Podía sumarse consigo mismo, restarse e incluso multiplicarse por otros números para crear combinaciones únicas y fascinantes. Desde ese día, el número 7 ya no se sentía aburrido ni triste. Había descubierto lo especial que era tener la capacidad de multiplicarse y formar parte de infinitas operaciones matemáticas interesantes.
Y así, en Numerolandia reinaba nuevamente la alegría gracias a la magia del Mago Matemático y la imaginación sin límites de Luna.
FIN.