El Secreto Fuera de la Pantalla



Había una vez un niño llamado Nicolás que era completamente adicto a la televisión. Desde que se despertaba hasta que se iba a dormir, pasaba horas y horas frente a la pantalla.

No importaba si era un dibujo animado, un programa de cocina o una película, él simplemente no podía resistirse al televisor. Un día, mientras Nicolás veía su programa favorito, ocurrió algo inesperado. La pantalla se apagó repentinamente y no volvió a encenderse.

Nicolás intentó cambiar de canal, pero nada funcionaba. Entró en pánico y corrió hacia sus padres para contarles lo ocurrido. "¡Papá! ¡Mamá! ¡La televisión se rompió!", exclamó Nicolás angustiado.

Sus padres le explicaron que el televisor estaba bien, pero habían decidido desconectarlo por un tiempo para enseñarle una lección importante. "Nicolás -dijo su mamá-, nos hemos dado cuenta de que pasas demasiado tiempo viendo televisión y eso te está impidiendo disfrutar otras cosas en la vida".

Nicolás no entendía muy bien lo que sus padres querían decirle. Él pensaba que la televisión era lo más divertido del mundo. "Pero mamá -respondió-, sin mi querida televisión me aburro mucho".

Sus padres sonrieron y le propusieron hacer algo diferente ese día: ir al parque a jugar al fútbol con otros niños. A regañadientes, Nicolás aceptó la propuesta y se dirigió al parque con sus padres.

Al llegar allí, vio cómo los niños reían y jugaban juntos, sin preocuparse por la televisión. "Vamos Nicolás, únete a ellos", le animó su papá. Nicolás se acercó tímidamente y comenzó a jugar con los demás niños.

Para su sorpresa, descubrió lo divertido que era correr detrás de una pelota y sentir el viento en su rostro. Se dio cuenta de que había estado perdiéndose muchas cosas interesantes por estar pegado a la televisión todo el tiempo. Después de un rato jugando al fútbol, Nicolás se sintió cansado pero feliz.

Se dio cuenta de que había pasado un día maravilloso sin necesidad de ver televisión. A partir de ese día, Nicolás decidió limitar el tiempo que pasaba frente al televisor y buscar otras actividades para disfrutar.

Descubrió su amor por la lectura, la música y los juegos al aire libre. Aprender nuevos hobbies le llenó de alegría y satisfacción. Con el paso del tiempo, Nicolás se convirtió en un niño más equilibrado y feliz.

Aprendió a disfrutar tanto de las pantallas como del mundo real, encontrando siempre un balance entre ambas cosas. Y así fue como Nicolás superó su adicción a la televisión y descubrió que había mucho más en la vida para explorar y disfrutar.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!