El secreto matemático del chocolate
Santiago era un niño curioso y amante de las matemáticas. Un día, encontró una deliciosa barra de chocolate y, emocionado, se puso a pensar en cómo compartir esa delicia de la manera más equitativa posible.
Con sus habilidades matemáticas, decidió partir la barra en dos mitades iguales. Una de esas mitades la guardó para su mejor compañera de casa, y la otra la dividió en dos partes iguales para sus dos hijos.
Cuando su compañera de casa y sus hijos recibieron el chocolate, se sorprendieron por la generosidad y el ingenio de Santiago.
A partir de ese momento, Santiago descubrió que las matemáticas no solo podían resolver problemas, sino que también podían ser una herramienta para hacer felices a los demás. Desde entonces, utilizó sus conocimientos matemáticos para organizar juegos y actividades en los que todos pudieran participar de manera justa y equitativa.
Así, Santiago descubrió que las matemáticas no solo eran útiles, sino que también podían ser divertidas y solidarias.
FIN.