El señor que descubrió el mundo de la lectura
En un pequeño pueblo, vivía un señor llamado Juan. A lo largo de su vida, Juan nunca había tenido la oportunidad de aprender a leer y escribir. Aunque le gustaban mucho los cuentos, siempre necesitaba que alguien se los lea.
Un día, mientras paseaba por el parque, vio un libro abandonado en un banco. Se acercó y lo recogió. Al abrirlo, sintió curiosidad por las palabras en las páginas. Para su sorpresa, ¡las letras parecían cobrar vida y formar palabras que podía entender! Juan estaba asombrado, ¡podía leer! Emocionado, decidió llevar el libro a su casa.
Al llegar a su hogar, mostró el libro a su amiga de toda la vida, Marta, quien siempre le leía cuentos. Ella no podía creer lo que veía y escuchaba. "¡Juan, has aprendido a leer! ¡Es maravilloso!" exclamó Marta emocionada. Juan no podía contener su alegría, y desde ese día, se dedicó a practicar cada vez más la lectura.
Con el tiempo, Juan se convirtió en un ávido lector. Leía cuentos que lo transportaban a mundos mágicos, aprendía sobre la naturaleza, descubría historias de héroes y heroínas. También se aventuró a escribir sus propias historias y cartas, con la ayuda de Marta, quien se convirtió en su más fiel maestra.
Un día, decidieron organizar un evento en el pueblo para compartir su amor por la lectura. Invitaron a niños y adultos a escuchar las historias que Juan había escrito. La gente quedó sorprendida al enterarse de que él, que antes no podía leer ni escribir, ahora era capaz de crear sus propias historias. Muchos se inspiraron en su ejemplo y se animaron a leer más.
Juan se dio cuenta de que, a pesar de no haber aprendido a leer desde pequeño, nunca es tarde para iniciar un nuevo camino. Descubrió que la lectura no solo era divertida, sino que también le abrió las puertas a un mundo de conocimiento, imaginación y creatividad. Desde entonces, Juan siguió compartiendo su pasión por la lectura con todos, especialmente con aquellos que, como él, creían que leer era imposible.
Y así, gracias a un libro encontrado en un banco, Juan cambió no solo su vida, sino también la de muchas personas que aprendieron que la magia de la lectura está al alcance de todos.
FIN.