El Show de los Rizos Verdes



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Mónica Esquel. Mónica era una niña muy divertida y siempre tenía una sonrisa en su rostro.

Pero lo que hacía a Mónica realmente especial eran sus rulos dorados que bailaban al ritmo del viento. Mónica solía pasar la mayor parte de su tiempo jugando con sus amigos en el parque. Les encantaba correr por los campos verdes y trepar a los árboles más altos.

Pero había algo que siempre le preocupaba a Mónica: no tener rulos como ella. Un día, mientras jugaba con sus amigos, Mónica notó a un grupo de niños nuevos en el parque.

Eran hermanos gemelos llamados Lucas y Laura, pero lo que más llamó la atención de Mónica fue el cabello liso y negro de ambos. Intrigada, se acercó a ellos y les preguntó: "¿Por qué no tienen rulos como yo?".

Lucas respondió con tristeza: "Nos gustaría tener rulos también, pero nuestro cabello es liso". Mónica sintió compasión por ellos y decidió hacer algo para ayudarlos. Recordó que su abuela le había contado sobre un antiguo hechizo mágico que podía cambiar la apariencia del cabello.

Sin pensarlo dos veces, invitó a Lucas y Laura a su casa para probar este hechizo. Cuando llegaron a la casa de Mónica, ella buscó en todos los libros de hechizos hasta encontrar el indicado.

Siguiendo las instrucciones cuidadosamente, prepararon todo lo necesario para realizar el hechizo. "¡Listo! Ahora solo necesitamos un poco de polvo mágico y decir las palabras correctas", exclamó Mónica emocionada.

Los tres niños se tomaron de las manos, cerraron los ojos y dijeron en voz alta: "Rulos dorados, rulos negros, cambiad nuestros cabellos por favor". Al abrir los ojos, Mónica se dio cuenta de que algo había salido mal.

En lugar de cambiar el cabello liso de Lucas y Laura a rulos dorados como los suyos, ¡todos tenían el pelo verde!"¡Oh no! El hechizo salió mal", dijo Mónica con preocupación. Pero en lugar de desanimarse, decidieron hacer lo mejor posible con sus nuevos peinados.

Comenzaron a reírse y a inventar historias divertidas sobre cómo obtuvieron su cabello verde. "¡Ahora somos el equipo "Los Rizos Verdes"!", exclamó Mónica emocionada. A medida que pasaban los días, Los Rizos Verdes se hicieron famosos en el pueblo.

La gente venía a verlos actuar en el parque mientras contaban chistes y realizaban acrobacias divertidas. Se dieron cuenta de que no importa cómo se vean por fuera; lo importante es ser ellos mismos y disfrutar cada momento juntos.

Un día, mientras estaban actuando en el parque, llegó una niña llamada Sofía. Sofía tenía un hermoso cabello liso pero siempre había deseado tener rulos como Mónica. Al verla tan triste, Los Rizos Verdes decidieron compartir su historia con ella.

"No importa cómo sea tu cabello Sofía, lo importante es ser tú misma y disfrutar de la diversión", le dijo Mónica con una sonrisa. Sofía se unió al equipo y juntos crearon el espectáculo más increíble que el pueblo había visto jamás.

Todos los niños del pueblo aprendieron que no importa cómo luzcan, lo importante es aceptarse a sí mismos y celebrar las diferencias.

Y así, Mónica Esquel sol rulos divertida, junto a Los Rizos Verdes, enseñaron a todos en el pueblo una valiosa lección: la verdadera diversión está en ser uno mismo y disfrutar cada momento sin importar cómo se vea el cabello.

FIN.

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