El silencioso héroe de Ciudad Brillante


En una ciudad llamada Ciudad Brillante, vivía un superhéroe muy especial llamado Curtman.

Curtman era un hombre valiente con increíbles poderes: podía volar como un pájaro, hacerse invisible a voluntad, ver a través de las paredes con sus rayos x y tenía una fuerza asombrosa. Lo más curioso de todo es que Curtman era mudo, pero no estaba solo en sus aventuras.

Siempre iba acompañado por su fiel compañero, un gato negro llamado Rayo, con quien se comunicaba telepáticamente. Rayo también tenía habilidades extraordinarias: ¡podía volar! Curtman llevaba siempre puesto un traje especial para sus hazañas.

Tenía una capa roja que ondeaba al viento cuando volaba por los cielos de la ciudad, una máscara que cubría su rostro y en el pecho lucía orgulloso las letras —"C"  y —"M" , las iniciales de su nombre.

Una mañana soleada en Ciudad Brillante, mientras Curtman patrullaba la ciudad en busca de personas necesitadas de ayuda, escuchó gritos de auxilio provenientes de un edificio en llamas. Sin dudarlo ni un segundo, se dirigió hacia allí a toda velocidad. Al llegar al lugar del incendio, vio a varias personas atrapadas en los pisos superiores del edificio.

Sin pensarlo dos veces, Curtman se elevó por los aires y comenzó a rescatar uno por uno a los habitantes atrapados. Mientras tanto, Rayo volaba ágilmente entre las llamas guiando a las personas hacia la salida segura.

-¡Gracias Curtman! -gritaban los rescatados mientras eran llevados a tierra firme. Una vez asegurada la seguridad de todos los presentes, Curtman y Rayo regresaron al suelo satisfechos por haber salvado vidas ese día. Pero la jornada aún no había terminado.

Una banda de ladrones estaba causando estragos en el centro de la ciudad. Los comerciantes estaban asustados y necesitaban ayuda urgente. Curtman y Rayo se dirigieron velozmente hacia el lugar donde se encontraban los malhechores.

Con astucia e inteligencia, lograron neutralizar a los criminales sin causarles daño alguno. -¡No podrán escapar esta vez! -exclamó Curtman mientras ataba a los ladrones con cuerdas invisibles gracias a su poderosa fuerza.

La gente del lugar aplaudió emocionada al ver cómo Curtman y Rayo habían restablecido la paz en la ciudad una vez más.

Al finalizar el día lleno de acción y heroísmo, Curtman reflexionó sobre lo importante que es ayudar desinteresadamente a quienes lo necesitan y sobre el valor de tener amigos leales como Rayo que están siempre dispuestos a apoyarnos en nuestros momentos más difíciles.

Y así fue como Curtman demostró una vez más que ser diferente no significa ser menos capaz; al contrario, sus habilidades especiales combinadas con su corazón noble lo convirtieron en un verdadero héroe para todos aquellos que tuvieron el privilegio de cruzarse en su camino.

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