El Sol Sonriente



Había una vez un sol que siempre estaba feliz. Todos los días brillaba con su cálida luz, iluminando el cielo y alegrando a todos los que lo veían. Pero un día, el sol se dio cuenta de que algunos niños en la Tierra estaban tristes. Quiso hacer algo para ayudarlos, así que decidió bajar a la Tierra para encontrar una solución.

Al llegar a la Tierra, el sol se encontró con un grupo de niños que jugaban en un parque. Se acercó a ellos con una gran sonrisa y les preguntó por qué estaban tristes. "El mundo a veces es muy oscuro y feo", dijo uno de los niños. El sol pensó por un momento y luego tuvo una brillante idea.

Decidió enseñarles a los niños la importancia de encontrar la luz en los momentos oscuros. Les mostró que, al igual que él, podían brillar con su propia luz. Les enseñó a buscar la felicidad en las pequeñas cosas, a compartir sonrisas con los demás y a ser amables el uno con el otro.

Los niños empezaron a seguir el ejemplo del sol, y poco a poco, el parque se llenó de risas y alegría. El sol estaba encantado de ver cómo su pequeña visita estaba haciendo una gran diferencia.

Después de pasar un tiempo con los niños, el sol se despidió con un cálido abrazo de luz y volvió a su lugar en el cielo. Desde ese día, los niños recordaron las lecciones del sol y aprendieron a ser más felices cada día, iluminando el mundo con su propia luz.

FIN.

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