El sol y su amor por los besos de Isa



En un lejano lugar del universo, el sol brillaba con intensidad, iluminando el mundo con su cálido resplandor. Sin embargo, a pesar de su brillo, el sol se sentía un poco triste porque estaba perdidamente enamorado de Isa, una hermosa nube blanca que adornaba el cielo. El sol anhelaba que Isa correspondiera a sus sentimientos, pero solo le gustaban los besos que recibía del sol.

Cada día, el sol se esforzaba por llamar la atención de Isa con sus rayos brillantes y cálidos, creando hermosos atardeceres y amaneceres. Sin embargo, Isa siempre parecía esquivarlo, disfrutando de sus momentos con otras nubes en el cielo. El sol se sentía frustrado e incomprendido, sin saber qué más podía hacer para conquistar el corazón de Isa.

Un día, el sol decidió buscar ayuda, y recurrió a la sabia luna, que observaba todo desde lo alto del cielo. La luna escuchó con paciencia la historia de amor del sol y le dio un consejo sabio.

-'Querido sol, el amor es especial y maravilloso, pero no puedes forzar a nadie a sentir lo mismo que tú. En lugar de buscar la atención de Isa, demuéstrale tu amor de una manera diferente. En lugar de preocuparte por sus sentimientos, muestra tu amor incondicional, y tal vez ella se dé cuenta de lo que ha estado ignorando.'

Inspirado por las palabras de la luna, el sol decidió seguir su consejo. Comenzó a enviar su cálido resplandor a todas las nubes del cielo, iluminando sus días y brindándoles calidez. Poco a poco, las demás nubes comenzaron a apreciar el amor desinteresado del sol y la belleza de su luz.

Isa, al ver el cambio en el comportamiento del sol, se sintió intrigada. Se acercó al sol y le preguntó por qué estaba compartiendo su brillo con todas las nubes. El sol, con amabilidad, le explicó que su amor por ella lo había motivado a amar a todas las nubes, sin importar lo que recibiera a cambio.

Las palabras del sol conmovieron a Isa. Comenzó a verlo con nuevos ojos, apreciando su generosidad y amor incondicional. Finalmente, Isa entendió que el amor verdadero no se basaba en lo que recibes, sino en lo que das.

Así, el amor del sol por Isa se transformó en una historia de amor universal, donde el sol continuó brillando para todos, y Isa encontró un amor sincero y generoso en el sol. Desde ese día, el sol y Isa compartieron su amor, haciendo que el cielo se llenara de belleza y armonía.

Y así, el sol aprendió que el amor verdadero siempre encuentra su camino, y que dar sin esperar nada a cambio puede ser la forma más pura de amar.

FIN.

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