El soldado y la araña mágica
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un valiente soldado llamado Mateo. Mateo era conocido por su coraje y determinación en el campo de batalla, pero tenía un secreto: le tenía pánico a las arañas.
Un día, mientras patrullaba los alrededores del pueblo, Mateo se encontró con una enorme araña peluda. Su corazón empezó a latir con fuerza y sintió un frío intenso recorrer su espalda.
Trató de mantener la calma y recordar todas las técnicas que le habían enseñado para enfrentar sus miedos, pero la visión de la araña lo paralizaba. "Tranquilo, Mateo, puedes hacerlo", se repetía a sí mismo mientras intentaba controlar su respiración agitada.
La araña se acercaba lentamente hacia él, moviendo sus patas peludas de manera amenazante. Mateo sabía que debía actuar rápido si quería salir ileso de esa situación. Recordó las palabras de su abuelo: "Enfrenta tus miedos con valentía y encontrarás la fuerza para superarlos".
Decidido a no dejarse vencer por su mayor temor, Mateo dio un paso adelante y extendió una mano hacia la araña. Para su sorpresa, la araña no mostró signos de agresividad.
Se detuvo frente a él y comenzó a tejer una tela brillante entre las ramas de los árboles. "¿Qué estás haciendo?", preguntó Mateo con curiosidad.
La araña giró su cabeza hacia él y le respondió con una voz suave y melodiosa: "Estoy tejiendo un puente mágico que te llevará al otro lado de tu miedo". Mateo quedó asombrado por las palabras de la araña. Sin dudarlo, cruzó el puente tejido con hilo dorado hasta llegar al otro extremo.
Cuando miró hacia atrás, vio que la araña había desaparecido junto con el puente. A partir de ese día, Mateo ya no temía a las arañas.
Había descubierto que enfrentar sus miedos no solo lo hacía más fuerte, sino que también podía abrirle nuevas oportunidades en la vida.
Desde entonces, cada vez que alguien en Villa Esperanza necesitaba ayuda para superar sus propios miedos, recurrían al valiente soldado Mateo quien les contaba sobre su encuentro con la araña mágica y cómo había aprendido a enfrentar sus temores con coraje y determinación. Y así, gracias a la valentía y sabiduría del soldado Mateo, todos en Villa Esperanza aprendieron que los mayores miedos pueden convertirse en nuestras mayores fortalezas si tenemos el valor suficiente para enfrentarlos.
Y colorín colorado este cuento ha terminado.
FIN.