El sombrero perdido



Había una vez una niña llamada Sofía, a quien le gustaba mucho vestir de blanco. Siempre se sentía como una princesa cuando llevaba sus hermosos vestidos blancos.

Un día, mientras caminaba por el parque, unas nubes oscuras empezaron a cubrir el cielo y los truenos resonaban en la distancia.

Sofía decidió correr hacia su casa antes de que comenzara a llover, pero justo cuando llegó a la mitad del camino, un fuerte viento sopló y arrancó su sombrero blanco. Sofía intentó atraparlo, pero voló tan alto que desapareció entre las nubes grises. Desesperada por recuperar su sombrero favorito, Sofía decidió seguir corriendo hacia un viejo árbol cercano para resguardarse de la lluvia que amenazaba con caer.

Mientras se acercaba al árbol, sintió cómo algo le jalaba el vestido y la detenía en seco. Era Terror, un travieso perro callejero conocido por sus travesuras en el vecindario.

Terror había confundido el largo vestido blanco de Sofía con un juguete y lo había mordisqueado hasta romperlo. - ¡Ay no! ¿Qué hiciste? ¡Mi precioso vestido está arruinado! - exclamó Sofía mientras miraba con tristeza los pedazos de tela blanca esparcidos por el suelo.

Terror bajó la cabeza apenado y soltó el trozo de tela que aún tenía en su boca. Se dio cuenta del error que había cometido y quería hacer algo para arreglarlo. - Lo siento mucho, Sofía. No quería arruinar tu vestido.

¿Hay algo que pueda hacer para arreglarlo? - preguntó Terror con una mirada de disculpa en sus ojos. Sofía pensó por un momento y luego sonrió.

- Tal vez puedas ayudarme a encontrar mi sombrero mientras esperamos a que la lluvia pase. Será como una aventura juntos - propuso Sofía con entusiasmo. Terror movió su cola emocionado y asintió con la cabeza. Juntos, comenzaron a buscar el sombrero perdido entre los árboles y arbustos cercanos.

A medida que se adentraban en el bosquecillo, la lluvia comenzó a caer suavemente sobre ellos. Después de un rato buscando, finalmente encontraron el sombrero de Sofía atrapado en las ramas de un árbol alto.

Terror saltó tan alto como pudo y logró liberar el sombrero del agarre del árbol. Lo devolvió alegremente a Sofía, quien lo abrazó felizmente. - ¡Gracias por ayudarme, Terror! Eres un perro increíblemente valiente y leal - dijo Sofía mientras acariciaba la cabeza del perro callejero.

Justo en ese momento, el sol comenzó a brillar entre las nubes grises y un hermoso arco iris apareció en el cielo.

- Mira, Terror, ¡un arco iris! Es como si estuviera diciendo que todo saldrá bien después de cada tormenta - exclamó Sofía emocionada. Desde aquel día, Sofía siempre recordaría esa aventura junto a Terror como una lección de amistad y superación.

Aprendió que, aunque las cosas no siempre salgan como uno espera, siempre hay una manera de encontrar la felicidad y superar los obstáculos con la ayuda de los amigos. Y así, Sofía y Terror se convirtieron en los mejores amigos, compartiendo muchas más aventuras juntos bajo el sol y la lluvia.

FIN.

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