El sonido del corazón



Había una vez un niño llamado Lucas que vivía en la ciudad de Mendoza, al pie de la imponente cordillera de los Andes.

Lucas era un apasionado de la música y siempre se emocionaba al escuchar las obras del gran compositor Ludwig van Beethoven. Un día, mientras practicaba con su guitarra eléctrica, Lucas comenzó a sentirse mal. Su corazón latía muy rápido y sentía mareos.

Sus padres lo llevaron rápidamente al hospital donde le hicieron varios estudios médicos. El doctor les explicó que Lucas tenía una cardiopatía congénita que debían tratar con mucho cuidado para evitar complicaciones graves en su salud. Además, le realizaron un electroencefalograma para evaluar su actividad cerebral.

Mientras esperaban los resultados, Lucas se sentía triste y preocupado por saber qué pasaría con él y si podría seguir haciendo lo que más amaba: tocar música. Una tarde, llegó a su habitación una enfermera llamada Martina quien notó el desánimo del pequeño músico.

"Hola Lucas ¿cómo estás?" - preguntó Martina sonriendo"Estoy preocupado por mi salud y no sé si podré seguir tocando mi guitarra" - respondió el niño con lágrimas en los ojos.

Martina se acercó a él y tomándolo de la mano le dijo:"No te preocupes tanto pequeño amigo, aquí te tenemos preparada una sorpresa especial". Lo llevó hasta una sala donde había un piano y varias guitarras acústicas colgadas en la pared.

"¿Te gustaría probar alguno de estos instrumentos?" - preguntó Martina. Lucas se emocionó al verlos y rápidamente tomó una guitarra para comenzar a tocar.

Mientras lo hacía, Martina le hablaba sobre la importancia de la música en su vida y cómo podía ayudarlo a sentirse mejor. "La música es como un meridiano que nos conecta con nuestras emociones y sentimientos más profundos" - explicó Martina. Lucas escuchaba atentamente mientras tocaba las cuerdas de la guitarra con maestría.

De repente, sintió una descarga eléctrica en su cerebro que lo hizo detenerse. "¿Qué fue eso?" - preguntó asustado.

Martina sonrió y le explicó:"Eso es el efecto Beethoven, cuando la música te llega tanto al corazón que tu cerebro produce ondas eléctricas especiales". Lucas se sorprendió por lo que acababa de experimentar y decidió seguir tocando más canciones.

Fue entonces cuando recordó algo importante: él había sido nombrado ganador del concurso musical Aconcagua, el evento más importante de la región donde cientos de niños competían por ser los mejores músicos del lugar. "¡Tengo que ir al concurso! ¡No puedo dejar pasar esta oportunidad!" - exclamó Lucas emocionado.

Martina lo tranquilizó diciéndole que estaría bien siempre y cuando no excediera sus límites físicos. Además, ella estaría allí para apoyarlo en todo momento. Llegado el día del concurso, Lucas subió al escenario nervioso pero confiado.

Comenzó a tocar su guitarra eléctrica dando un espectáculo increíble que dejó a todos los presentes con la boca abierta. "¡Bravo Lucas, eres un verdadero músico!" - gritaba la gente. Cuando terminó su presentación, Lucas se sintió agotado pero feliz de haber logrado lo que parecía imposible.

Fue entonces cuando recordó el efecto Beethoven y se dio cuenta de que la música era su motor para seguir adelante.

Desde ese día, Lucas siguió tocando su guitarra eléctrica con pasión y dedicación, sabiendo que no había nada más importante en su vida que la música y el amor por ella. Y aunque tuvo algunos altibajos en su salud, siempre supo superarlos gracias a la fuerza interior que le daba la música.

Así termina esta historia inspiradora sobre cómo un niño encontró en la música una forma de sanar su corazón y conectar con sus emociones más profundas. Porque como decía Martina: "La música es como un meridiano que nos guía hacia nuestros sueños más grandes".

FIN.

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