El soporte mágico de Laguna
Había una vez en un pequeño pueblo de la costa, un flamenco llamado Laguna. Laguna era conocido por su hermoso plumaje rosado y su grácil forma de bailar. Vivía felizmente junto a sus amigos en una laguna tranquila.
Un día, mientras paseaba por el bosque cercano, Laguna encontró algo muy extraño: ¡una cama flotante! Pero no era cualquier cama, ¡era una cama de agua! Intrigado, decidió llevarla a la laguna para probarla.
Al llegar a la laguna con la cama de agua, Laguna se dio cuenta de que le faltaba algo esencial: madera para sostenerla y evitar que se hundiera. Entonces decidió buscar ayuda entre sus amigos animales del bosque.
Primero fue a ver al sabio búho Madera, quien vivía en lo alto de un árbol grande y frondoso. Madera siempre tenía soluciones ingeniosas para los problemas. -¡Hola Madera! -saludó Laguna-.
¿Puedes ayudarme a encontrar madera para mi cama de agua? -¡Claro que sí, amigo flamenco! -respondió Madera con entusiasmo-. Conozco un lugar donde hay muchos árboles caídos cerca del río. Vamos juntos a buscarlos. Así fue como Laguna y Madera se adentraron en el bosque hasta llegar al río.
Allí encontraron troncos y ramas secas perfectos para construir el soporte necesario para la cama de agua. Una vez recogida toda la madera necesaria, volvieron a la laguna donde estaba esperando ansioso Flamenco, otro amigo muy querido por todos.
Flamenco era conocido por su habilidad para construir y arreglar cosas. -¡Hola Laguna! ¡Hola Madera! -saludó Flamenco con alegría-.
¿En qué puedo ayudarlos hoy? -Necesito que me ayudes a construir un soporte de madera para mi cama de agua -explicó Laguna emocionado-. Así podré disfrutarla sin hundirme en la laguna. Flamenco, con su destreza y habilidad, empezó a trabajar junto a Laguna y Madera.
Utilizaron las ramas y troncos secos para crear una estructura resistente que sostuviera la cama de agua sobre el agua. Después de mucho esfuerzo, finalmente terminaron el soporte de madera. Ahora solo faltaba colocar la cama de agua encima y probarla.
Laguna subió con cuidado a su flamante cama mientras sus amigos lo miraban expectantes. Al principio, se sintió un poco inestable, pero luego se acostumbró al vaivén del agua.
¡Era genial! Desde ese día, Laguna pasaba horas flotando en su cama de agua mientras disfrutaba del sol y observaba cómo los demás animales jugaban en la laguna. La combinación perfecta entre el flamenco elegante y la comodidad del agua hizo que todos los animales se maravillaran con él.
La historia de Laguna enseña a los niños sobre la amistad verdadera y cómo trabajar juntos puede lograr cosas increíbles. Además, les muestra que no importa cuán diferentes sean las personas o los animales, siempre pueden encontrar una forma única e ingeniosa de enfrentar los desafíos.
FIN.