El sueño de Alon
Había una vez en un hermoso campo, un pequeño ratoncito llamado Alon. A Alon le encantaba el queso y todos los días soñaba con desayunar un delicioso quesito.
Sin embargo, para hacer su quesito necesitaba leche, y como era tan chiquito no podía alcanzarla por sí solo. Un día, Alon tuvo una brillante idea. Recordó que en la granja cercana vivía su amiga la vaca, quien siempre tenía mucha leche para regalar a sus amigos.
Entusiasmado, Alon se puso en marcha hacia la granja de su amiga. Al llegar a la granja, encontró a la vaca pastando tranquilamente bajo el sol.
Con voz tímida pero decidida, Alon se acercó a ella y le dijo: "-Hola amiga vaca, ¿podrías regalarme un poco de leche para hacer mi quesito? Sería el desayuno perfecto. "La vaca miró al ratoncito con cariño y asintió con una sonrisa.
"-¡Por supuesto, querido Alon! Toma todo lo que necesites", respondió la vaca mientras se acercaba a él para ayudarlo a llenar su recipiente con leche fresca. Alon estaba emocionado y agradecido por la generosidad de su amiga vaca.
Con cuidado tomó la leche y se despidió de ella con alegría en su corazón. Regresó corriendo a su hogar en el campo con grandes planes para preparar su quesito y disfrutarlo al máximo. Una vez en casa, Alon comenzó a trabajar diligentemente en la cocina.
Mezcló la leche con otros ingredientes secretos que había recolectado durante sus travesías por el campo y pronto el delicioso olor a queso inundó toda la madriguera. El ratoncito Alon estaba felizmente sorprendido por lo sabroso que resultó ser su quesito casero.
Se sentó frente a él con una enorme sonrisa dibujada en su rostro mientras daba pequeños mordiscos llenos de satisfacción.
Después de disfrutar cada bocado de su creación culinaria, Alon decidió recostarse un rato sobre una almohada hecha de hojas secas que tenía en un rinconcito especial de su madriguera.
Mientras cerraba los ojos lentamente dejándose llevar por el sueño reparador después del festín matutino, pensaba cuánto valor tenía contar con amigos tan generosos como la vaca que siempre estaban dispuestos a ayudar sin esperar nada a cambio. Y así terminamos esta historia donde El ratóncito Alón logra conseguir los ingredientes gracias al apoyo incondicional de sus amigos animales quienes enseñan valores fundamentales sobre solidaridad y gratitud.
FIN.