El Sueño de Andrea y Ana



Era un día soleado en Buenos Aires, y dos amigas, Andrea y Ana, soñaban con conocer a su ídolo, el famoso futbolista Cristiano Ronaldo. Habían ahorrado dinero de sus mesadas, recortado fotos y hasta tenían una camiseta lista para lucir en el encuentro.

"¿Te imaginas si lo vemos en el parque de la ciudad?" - decía Andrea emocionada.

"¡Sería increíble! Vamos a intentarlo. Claro que lo vamos a conocer" - respondió Ana, llena de entusiasmo.

Sin embargo, había un pequeño problema. Un personaje peculiar llamado Deus siempre aparecía en los lugares que ellas decidían visitar. Era un hombre muy estricto y siempre les decía que no podían acercarse a donde fuera Cristiano Ronaldo.

"¿Por qué no podemos ir?" - gritó Ana un día, exasperada.

"Las reglas son reglas. No pueden ir a ese lugar" - contestó Deus con su voz autoritaria.

Deus siempre estaba acompañado por Rusa, una chica que parecía más amable pero, en realidad, lo seguía en todo lo que decía. Aunque tenía una mirada dulce, Rusa nunca se atrevía a contradecir a su amigo.

"¿Por qué no intentamos hablar con ellos y convencerlos?" - sugirió Andrea, que siempre encontraba formas creativas de enfrentar los problemas.

"Buena idea, Andrea. Tal vez si les mostramos nuestras camisetas y les contamos cuánto lo admiramos, cambien de opinión" - respondió Ana.

Las chicas se armaron de valor y decidieron acercarse a Deus y a Rusa en el parque donde siempre los encontraban.

"Hola Deus, Rusa. Somos Andrea y Ana. Queremos hablar con ustedes" - dijo Andrea, intentando sonar segura.

"¿Qué quieren? No hay nada que puedas decir que cambie mi decisión" - respondió Deus, cruzando los brazos.

Sin embargo, Ana no se rindió:

"¡Por favor! Solo queremos la oportunidad de conocer a Cristiano. Trabajamos duro para obtener estos pasajes y sería un sueño hecho realidad".

Rusa, que había estado escuchando en silencio, comenzó a sentir empatía por las chicas. Recordó cómo ella misma había soñado con conocer a sus ídolos de la música cuando era más joven.

"Deus, quizás podríamos darles una oportunidad. No creo que haga daño. A veces, los sueños necesitan un poco de apoyo" - sugirió Rusa.

Deus estaba confundido. Nunca antes había pensado en permitir que alguien se acercara a Cristiano. Pero el corazón de Rusa lo estaba ablandando.

"Está bien, pero sólo un par de minutos. ¡Y no se acerquen demasiado!" - dijo finalmente, sorprendiendo a todos.

Andrea y Ana comenzaron a saltar de alegría.

"¡Gracias, Deus! Prometemos ser respetuosas!" - gritaron al unísono.

Las chicas se pusieron sus camisetas de Cristiano Ronaldo y fueron al lugar donde sabían que él estaría entrenando. Pronto, vieron a sus amigos.[El ambiente estaba lleno de energía, y ellas estaban listas para cualquier cosa.

Mientras esperaban, Ana miró a Andrea y le dijo:

"No puedo creer que estamos haciendo esto. ¡Es nuestro sueño!"

"Nunca dejes que alguien te diga que no puedes lograr algo, Ana. Siempre hay manera de alcanzar nuestros sueños" - respondió Andrea, inspirando a su amiga.

Finalmente, el momento llegó. Cristiano salió del campo y, cuando vio a las chicas con sus camisetas, sonrió. Se acercó con curiosidad.

"¡Hola! Veo que son mis grandes admiradoras. ¿Les gustaría una foto juntos?" - preguntó Cristiano, mientras Andrea y Ana casi no podían contener la emoción.

"¡Sí, por favor!" - gritaron las dos, felices.

Rusa observaba algo sorprendente. Deus, quien siempre se había mostrado tan intransigente, se sonrió al ver la alegría de las chicas. Quizás, solo quizás, ayudar a otros a cumplir sus sueños no era tan malo después de todo.

"¿Ves, Deus? Todos deberían tener la oportunidad de alcanzar su felicidad" - dijo Rusa, con una pequeña sonrisa con el corazón ablandado.

Deus asintió, sintiéndose un poco más ligero. La experiencia les enseñó que a veces, incluso los más estrictos pueden cambiar su forma de pensar si tienen la oportunidad de ver a través de otros ojos.

Al final del día, Andrea y Ana no solo se fueron con una foto increíble y un hermoso recuerdo, sino que también aprendieron la importancia de la persistencia, la amistad y cómo a veces, cuando te unes con otros, puedes alcanzar tus sueños.

Muchos años después, las chicas miraban la foto con Cristiano, recordando esa maravillosa lección y cómo los sueños son siempre posibles si se enfrentan con amor y dedicación.

FIN.

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