El sueño de Antonella

Antonella era una niña amable y muy creativa. Le encantaba bailar y jugar con sus amigas. A pesar de sus actividades extracurriculares, siempre tenía buenas notas en la escuela Marista a la que asistía.

Pero lo que más le apasionaba era la gimnasia, y dedicaba sus momentos libres a practicar este hermoso deporte. Un día, mientras entrenaba en el gimnasio, su entrenadora le mencionó sobre una competencia de gimnasia que se llevaría a cabo en su ciudad.

Antonella se emocionó al escuchar la noticia y decidió que quería participar. -“¡Mamá, papá, quiero participar en la competencia de gimnasia! ”, exclamó Antonella emocionada.

-“¡Claro que sí, Antonella! Estamos orgullosos de ti y te apoyaremos en lo que necesites”, respondieron sus padres con una sonrisa. Antonella se puso manos a la obra y comenzó a prepararse con mucha dedicación. Entrenaba todos los días después de la escuela y se esforzaba al máximo en cada ejercicio.

Con el tiempo, su esfuerzo dio frutos, y sus movimientos se volvieron más precisos y elegantes. Llegó el día de la competencia y Antonella estaba nerviosa pero emocionada.

Al llegar al gimnasio, se encontró con sus amigas de la escuela y juntas compartieron momentos de risas y apoyo mutuo. Llegó el momento de su presentación, y Antonella dio lo mejor de sí misma en cada rutina. El público la aplaudió emocionado al ver su gracia y destreza en el tapiz.

Cuando anunciaron los resultados, Antonella se llevó una gran sorpresa al escuchar su nombre como la ganadora del primer lugar. Su rostro se iluminó de alegría y emoción, y todos sus seres queridos la felicitaron con abrazos y sonrisas.

Desde ese día, Antonella se dio cuenta de que con esfuerzo y dedicación, podía alcanzar sus sueños. La competencia le enseñó que, aunque a veces las cosas parezcan difíciles, con perseverancia y apoyo, todo es posible.

Y así, Antonella siguió bailando, jugando y estudiando con la misma alegría y determinación, sabiendo que siempre tendría el coraje para perseguir sus sueños.