El sueño de Bautista



Bautista era un niño como cualquier otro, pero con un sueño muy especial: conocer a su ídolo, Lionel Messi, y jugar un partido de fútbol con él. No pasaba un solo día sin que Bautista pensara en cómo sería conocer al famoso jugador y compartir la cancha con él.

Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, Bautista vio a lo lejos a un hombre pequeñito con una barba espesa. Al acercarse, se dio cuenta de que era un duende. - ¡Hola, soy Bartolito, el duende futbolero! - dijo el duende con una sonrisa. - He escuchado tu deseo y estoy aquí para ayudarte a que se haga realidad. Pero para lograrlo, tendrás que superar tres desafíos futbolísticos.

Bautista aceptó emocionado el desafío. El primer desafío consistía en dominar el balón mientras esquivaba obstáculos mágicos entre los árboles del parque. Con mucha concentración y habilidad, Bautista logró completar el desafío. El duende lo felicitó y le dijo que estaba listo para el siguiente desafío.

El segundo desafío era enfrentar a un equipo de duendes en un partido de fútbol. Los duendes eran pequeños pero ágiles, y jugaron con mucha astucia. Bautista debió esforzarse al máximo, pero logró hacer un gol increíble que le dio la victoria a su equipo. Bartolito aplaudió emocionado y le anunció el último desafío.

Para el último desafío, Bautista debía demostrar su destreza en un emocionante partido mano a mano contra Bartolito. El duende resultó ser un rival muy duro, pero Bautista no se rindió. Con garra y talento, logró marcar un gol sensacional. Bartolito, impresionado, le dijo que había superado con creces los desafíos y que su sueño estaba a punto de cumplirse.

En ese momento, una luz brillante envolvió a Bautista y Bartolito, y de repente se encontraron en un estadio increíblemente grande. Bautista estaba anonadado al ver a Lionel Messi caminando hacia él. - Hola, Bautista, he oído hablar mucho de ti - dijo Messi con una sonrisa. Jugaron juntos un partido inolvidable, y Messi elogió el talento y la pasión de Bautista por el fútbol. Luego, compartieron un momento especial en el que Messi le entregó a Bautista su propia camiseta autografiada.

Al despertar, Bautista se dio cuenta de que todo había sido un hermoso sueño. Sin embargo, esa experiencia le recordó que con esfuerzo, perseverancia y pasión, cualquier sueño puede hacerse realidad.

FIN.

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