El sueño de Benicio
Había una vez un niño llamado Benicio que vivía en Santa Fe, Argentina. Desde muy pequeño, Benicio tenía una gran pasión por el fútbol y soñaba con convertirse en un jugador profesional.
Benicio era parte de la escuela de fútbol Sportivo Guadalupe, donde entrenaba duro todos los días para mejorar sus habilidades. Tenía una velocidad asombrosa y siempre anotaba muchos goles en cada partido.
Su talento no pasó desapercibido y pronto se convirtió en uno de los jugadores más destacados del equipo. Un día, mientras Benicio estaba jugando un partido importante para su escuela de fútbol, notó algo increíble: su ídolo Eric Mezza estaba entre el público mirando el partido.
Eric Mezza era un famoso jugador del Club Atlético Colón de Santa Fe y Benicio lo admiraba profundamente. A medida que avanzaba el partido, Benicio sentía la presión de tener a su ídolo observándolo. Quería impresionarlo y mostrarle todo su talento en el campo.
Pero también comenzó a sentirse nervioso y cometió algunos errores durante el juego. Al finalizar la primera mitad del partido, Benicio decidió hablar con su entrenador sobre cómo se sentía.
El entrenador le recordó que jugara como siempre lo hacía: con pasión y sin importar quién estuviera mirando. Con esta nueva confianza, Benicio volvió al campo decidido a darlo todo en la segunda mitad del partido.
Aprovechó cada oportunidad que tuvo para demostrar su habilidad y marcó varios goles espectaculares. Cuando sonó el silbato final, el equipo de Benicio había ganado el partido. Estaba emocionado y orgulloso de su desempeño, pero también estaba ansioso por conocer a Eric Mezza.
Después del partido, Benicio se acercó a Eric con timidez y le pidió un autógrafo en su camiseta. Eric sonrió amablemente y le dijo: "Felicidades por tu gran actuación hoy, Benicio. Tienes mucho talento y estoy seguro de que llegarás muy lejos en el fútbol".
Aquellas palabras llenaron a Benicio de alegría y motivación. A partir de ese momento, se comprometió a seguir entrenando duro para alcanzar sus metas futbolísticas.
Con el tiempo, Benicio continuó destacándose en la escuela de fútbol Sportivo Guadalupe e incluso fue invitado a probarse en las divisiones inferiores del Club Atlético Colón. Trabajó incansablemente para mejorar sus habilidades y aprendió importantes valores como la perseverancia, el trabajo en equipo y la humildad.
Finalmente, años más tarde, Benicio logró su sueño: debutar como jugador profesional en el Club Atlético Colón de Santa Fe. Su esfuerzo y dedicación habían valido la pena. Benicio se convirtió en un ejemplo inspirador para otros niños que soñaban con ser futbolistas profesionales.
Les enseñaba que cualquier meta puede alcanzarse si uno trabaja arduamente por ella, sin importar quién esté mirando o qué obstáculos se presenten en el camino.
Y así fue como Benicio demostró al mundo que los sueños pueden hacerse realidad cuando se tiene pasión por lo que se hace y se trabaja con determinación.
FIN.