El Sueño de Bradly



En un pueblito lleno de colores, vivía un chico llamado Bradly. Era un joven lleno de sueños, con el cabello al viento y una sonrisa que deslumbraba. Pero había algo que lo hacía suspirar: Danna, una hermosa chica mexicana de ojos brillantes y risas contagiosas.

Danna era todo lo que un corazón podía desear. Cada vez que ella pasaba, el mundo se iluminaba y su corazón latía más fuerte. Pero había un problema: Danna tenía un novio, y esto hacía que Bradly sintiera su amor como un viento del sur: frío, lejano y casi imposible de atrapar.

Bradly solía mirar a Danna desde lejos, soñando despierto con ella mientras la veía jugar con sus amigos en el parque. Nunca se atrevió a acercarse y confesarle su amor, porque pensaba que ella nunca podría mirarlo de la misma manera.

Una noche, mientras la luna brillaba en el cielo, Bradly se quedó dormido pensando en ella. En su sueño, Danna se apareció en un jardín lleno de flores de todos los colores. Ella lo miró con ojos llenos de alegría.

"Bradly, ¿por qué no te acercas a mí?" -preguntó Danna, con una risa melodiosa.

"Porque tú tienes un novio, Danna. Y yo no quiero interponerte en tu felicidad." -respondió Bradly, con tristeza.

"El amor no se obliga, Bradly. Se siente y se respeta. Pero eso no significa que no podamos ser amigos." -dijo Danna, mientras se acercaba.

En ese momento, Bradly sintió un rayo de esperanza. Tal vez su amor no era tan imposible después de todo. En el sueño, podía ser libre. Pudo charlar con ella, compartir risas y sueños, sin el peso de la realidad sobre sus hombros. En ese jardín mágico, la amistad era suficiente.

Pasaron varias noches en sus sueños, y cada vez Danna le enseñaba algo nuevo:

"La amistad es un tipo de amor, Bradly. A veces es más valioso que el amor romántico." -le dijo ella.

"Pero yo siento que quiero más, Danna. No puedo ignorar mis sentimientos." -respondió él, un poco confundido.

"Entonces, sé sincero contigo mismo. No sufras por algo que no puedes tener, pero tampoco dejes de soñar. Los sueños son importantes y pueden guiarnos." -Danna le sonrió cálidamente.

Un día, después de una semana de sueños, despertó con una nueva perspectiva. Ya no quería que su amor por Danna fuera un doloroso secreto.

Decidió acercarse a ella en la vida real, no como un pretendiente, sino como un amigo. Así que, llena de nervios, se acercó a Danna en la escuela.

"Hola, Danna! ¿Te gustaría que hiciéramos una actividad juntos en el parque?" -preguntó Bradly, tratando de sonar cómico.

"¡Claro, Bradly! Desde hace tiempo quería que hiciéramos algo juntos." -respondió Danna, emocionada.

A partir de ese día, Bradly y Danna comenzaron a pasar más tiempo juntos. Ella lo presentó a sus amigos, y el grupo se volvió inseparable. A pesar de que su amor seguía siendo en silencio, a Bradly le dio paz saber que podía disfrutar su amistad.

Un día, mientras ellos jugaban en el parque, Danna se giró hacia él con una expresión seria:

"Siempre quise que fuéramos amigos, Bradly. Tu amabilidad y tu risa me hacen muy feliz. Eres muy especial para mí."

En ese instante, Bradly entendió que a veces el amor no tenía que ser posesivo. Podía ser un amor sincero, sin expectativas, y eso era suficiente.

Así, entre risas y sueños, Bradly aprendió que a veces los caminos del corazón son extraños, pero la amistad siempre es un tesoro. Y mientras soñara con Danna, su amor seguiría vivo, como un bello jardín en su corazón, lleno de flores de esperanza, alegría y gratitud por las pequeñas cosas de la vida.

FIN.

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