El sueño de Caballo



Había una vez en un bello prado, un caballo llamado Pinto que soñaba con tocar el cielo. Admiraba a los pajaritos que revoloteaban entre los árboles y siempre les pedía que le enseñaran a volar.

"Queridos pajaritos, ¿cómo hacen para volar tan alto y tan libremente?", les preguntaba con ilusión. Los pajaritos, con ternura, le respondían: "Caballo querido, nosotros volamos porque tenemos alas. Pero ¿sabes qué? Tú también puedes volar, de una forma diferente."

El caballo, con curiosidad, les preguntó cómo hacerlo. Los pajaritos le contaron sobre el poder de la imaginación y la perseverancia. Le dijeron que si creía en sí mismo, podría lograr cualquier cosa. Con estas palabras en su corazón, Caballo decidió intentarlo.

Comenzó a correr por el prado con todas sus fuerzas, sintiendo el viento en su melena. Cada día se esforzaba más y más, saltando sobre arbustos y rocas, en busca de su sueño. Su determinación llamó la atención de los demás animales del prado.

Todos lo animaban y le recordaban lo valiente y único que era. Pronto, los pajaritos notaron que el propio Caballo había creado algo asombroso. Un hermoso par de alas de colores, talladas con ramas y hojas, adornadas con flores silvestres.

Caballo se miró en el río y vio el reflejo de sus alas. Se sentía fuerte, capaz y listo para alcanzar sus sueños.

Animado por los pajaritos y el apoyo de sus amigos del prado, Caballo corrió con todas sus fuerzas, agitando sus hermosas alas. Al principio, no pudo despegar del suelo, pero con cada intento se sentía más ligero. Finalmente, con un salto valiente y un aleteo firme, Caballo despegó del suelo y comenzó a elevarse por los cielos.

Su corazón latía con emoción y sus ojos brillaban con la luz del sol. Voló por encima de los árboles, saludando a los pajaritos que le habían enseñado a alcanzar su sueño.

Con cada vuelo, Caballo comprendió que el verdadero poder para volar estaba dentro de él, en su determinación y amor propio. Y así, Caballo se convirtió en el símbolo de la fuerza y la superación para todos los habitantes del prado.

Su historia inspiraba a todos a creer en sí mismos y perseguir sus sueños, sin importar lo imposible que parecieran. Y aunque Caballo ya nunca voló físicamente, su espíritu siempre sobrevoló el prado, recordándoles que, con esfuerzo y fe, todos pueden alcanzar el cielo.

FIN.

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