El sueño de David



Había una vez un niño llamado David, quien vivía en un pequeño pueblo de Argentina.

Desde muy temprana edad, David había descubierto su pasión por las obras de teatro y soñaba con convertirse en un famoso escritor de obras teatrales en Estados Unidos. David sabía que para cumplir su sueño, tendría que enfrentar muchos desafíos. Pero eso no lo detuvo.

Con el apoyo incondicional de sus padres, decidió emprender un viaje hacia el país del norte en busca de nuevas oportunidades. Llegó a la ciudad de Nueva York con un libro lleno de historias y personajes maravillosos. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que escribir obras teatrales no era tan fácil como pensaba.

Los productores le cerraban las puertas y los directores no le daban una oportunidad. Pero David no se rindió. Siguió perseverando y buscando maneras de hacer realidad su sueño.

Un día, mientras paseaba por Central Park, escuchó unos niños jugando a actuar una obra improvisada. Se acercó a ellos emocionado y les mostró algunos fragmentos de sus propias historias. Los niños quedaron encantados con las ideas creativas y originales que David les presentaba.

Decidieron formar un grupo teatral infantil junto a él y comenzaron a ensayar juntos todas las tardes después del colegio. Con cada actuación improvisada en parques y plazas, el talento oculto de David fue brillando más fuerte.

Pronto comenzaron a llamar la atención del público local e incluso recibieron invitaciones para presentarse en festivales escolares y teatros comunitarios. Pero el camino de David aún tenía obstáculos.

Un día, recibió la noticia de que su visa estaba a punto de expirar y tendría que regresar a Argentina. El corazón del niño se llenó de tristeza, pero no perdió la esperanza. Decidió escribir una carta al famoso director de teatro, Mr.

Johnson, explicándole su situación y pidiéndole ayuda para quedarse en Estados Unidos y seguir persiguiendo sus sueños. Con fe en que las cosas podrían cambiar, envió la carta por correo. Unos días después, mientras el grupo teatral infantil ensayaba en un parque cercano, David recibió una llamada telefónica sorprendente.

¡Era Mr. Johnson! Había leído su carta y quedado impresionado con su talento. Mr. Johnson ofreció patrocinar a David para obtener una visa especial que le permitiría quedarse en Estados Unidos y continuar con su carrera artística.

La emoción invadió el corazón del niño inmigrante; finalmente veía cómo sus sueños empezaban a convertirse en realidad. Con el apoyo de Mr.

Johnson y el amoroso grupo teatral infantil, David logró escribir obras teatrales increíbles que fueron aclamadas por críticos y espectadores por igual. La historia inspiradora de David llegó a oídos del presidente de Estados Unidos quien lo invitó a la Casa Blanca para reconocerlo como ejemplo de perseverancia e inspiración para otros niños inmigrantes.

David aprendió que los sueños pueden hacerse realidad si uno nunca deja de creer en sí mismo y trabaja duro para alcanzarlos.

Y así, el niño inmigrante que llegó a Estados Unidos en busca de sus sueños se convirtió en un reconocido escritor de obras teatrales, inspirando a muchos otros niños a seguir sus pasiones y nunca rendirse.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!