El Sueño de Dos Amigas
Había una vez dos niñas llamadas Agustina y Soledad, quienes eran grandes amigas. Ambas tenían un sueño en común: convertirse en famosas cantantes. Pero para lograrlo, sabían que debían cuidar su voz de la mejor manera posible.
Un día, mientras paseaban por el parque, vieron un cartel que anunciaba clases de canto impartidas por la reconocida profesora Laura. Sin pensarlo dos veces, decidieron inscribirse y comenzar su aventura musical.
Al llegar a su primera clase, se encontraron con otros niños y niñas ansiosos por aprender a cantar. La profesora Laura era una mujer amable y talentosa que comprendía la importancia de cuidar la voz desde temprana edad. "Bienvenidos a todos", dijo la profesora Laura con alegría.
"Hoy vamos a aprender técnicas para calentar nuestras cuerdas vocales antes de cantar". Agustina y Soledad prestaron mucha atención mientras la profesora les enseñaba ejercicios de respiración profunda y vocalizaciones divertidas.
Fue entonces cuando descubrieron lo importante que era mantener una buena postura al cantar. "Recuerden chicas", dijo la profesora Laura, "mantener una buena postura nos ayuda a proyectar nuestra voz correctamente". Ambas niñas siguieron practicando durante semanas, aprendiendo nuevas técnicas cada día.
Se dieron cuenta de lo mucho que disfrutaban las clases y cómo sus voces iban mejorando poco a poco.
Un día, cuando ya llevaban varios meses asistiendo a las clases de canto, recibieron una invitación muy especial: un concurso de talento local donde podrían mostrar todo lo que habían aprendido. Agustina y Soledad se emocionaron mucho, pero también sintieron un poco de nervios. Sabían que debían esforzarse al máximo para dar lo mejor de sí en el escenario.
"Vamos a practicar juntas", dijo Agustina, animando a su amiga. "Nosotras podemos hacerlo". Así que todas las tardes después de la escuela, Agustina y Soledad se reunían en el parque para ensayar sus canciones.
Practicaban con tanto entusiasmo y dedicación que pronto se dieron cuenta de lo fuerte y hermosa que sonaba su voz en conjunto. Llegó el día del concurso y las niñas estaban listas para demostrar su talento al mundo.
Subieron al escenario con seguridad y comenzaron a cantar una hermosa canción juntas. El público quedó asombrado por la belleza de sus voces, aplaudiendo emocionados al finalizar la presentación. La profesora Laura estaba entre ellos, orgullosa de sus dos alumnas destacadas. "¡Lo lograste!", exclamó Soledad abrazando a Agustina.
"Somos unas verdaderas estrellas". Desde ese día, Agustina y Soledad siguieron asistiendo a las clases de canto con la profesora Laura, siempre cuidando su voz y perfeccionando su técnica.
Juntas descubrieron que no solo podían cumplir sus sueños musicales, sino también inspirar a otros niños a seguir sus pasiones. Y así fue como estas dos amigas demostraron al mundo que cuando se tiene determinación, esfuerzo y amor por lo que haces, los sueños pueden convertirse en realidad.
FIN.