El sueño de Esteban Cancinos
Esteban Cancinos era un niño muy feliz que vivía en una pequeña ciudad costera. Desde que era muy chico, Esteban demostró un gran amor por los tiburones. Pasaba horas viendo documentales sobre ellos, leyendo libros y coleccionando juguetes de tiburones. Su mayor sueño era poder nadar con ellos en el mar.
Su familia, conformada por mamá Carla, papá Martín y su hermanita Valentina, siempre apoyó sus sueños y lo alentaba a seguir aprendiendo sobre los tiburones. Esteban les contaba con entusiasmo datos curiosos que aprendía y les pedía que lo llevaran a ver tiburones al acuario.
Un día, mientras Esteban veía un programa sobre tiburones, vio a un buceador nadando con ellos en el océano. Eso encendió una chispa en su corazón y hizo un juramento: '¡Cuando sea grande, voy a nadar con los tiburones en su hábitat!'
Esteban se puso a investigar cómo podía hacer realidad su sueño. Descubrió que para nadar con tiburones necesitaba aprender a bucear. Sin dudarlo, le pidió a sus papás que lo anotaran en clases de buceo.
-'Papá, mamá, ¿me llevarían a clases de buceo? Quiero aprender a nadar como los tiburones', dijo Esteban con una sonrisa radiante en su carita.
- '¡Claro que sí, Esteban! Si eso es lo que realmente quieres, nosotros te apoyamos', respondieron sus papás emocionados por verlo tan ilusionado.
Los días pasaron y Esteban asistió a sus clases de buceo con mucha pasión y determinación. Aprendió a respirar bajo el agua, a usar el equipo de buceo y a moverse con gracia como un pez en el mar. Esteban estaba tan emocionado que practicaba en la bañera de su casa y en la pileta con su hermanita.
Una tarde, mientras salían a pasear por el puerto, Esteban vio un cartel que anunciaba excursiones de buceo para niños. Se acercó a leerlo y descubrió que organizaban una excursión para bucear con tiburones en un arrecife cercano. Esteban no podía creerlo, ¡era su oportunidad de nadar con los tiburones!
- '¡Papá, mamá! ¿Podemos por favor ir a esa excursión? ¡Es mi sueño!', exclamó Esteban con los ojos brillando de emoción.
- '¡Por supuesto, Esteban! Vamos a hacerlo posible', respondieron sus papás con una sonrisa.
Llegó el día de la excursión y Esteban estaba más emocionado que nunca. Se preparó con su equipo de buceo y se lanzó al agua. Bajo el mar, vio a los maravillosos tiburones nadando a su alrededor. No podía contener la emoción, estaba viviendo su sueño.
Después de la experiencia, Esteban regresó a casa con el corazón lleno de felicidad. Había comprendido que con esfuerzo, determinación y el apoyo de su familia, podía lograr cualquier sueño. Desde ese día, Esteban siguió estudiando y aprendiendo sobre los tiburones, siempre con la firme convicción de cuidar y proteger a estas increíbles criaturas.
Y así, Esteban Cancinos, el niño apasionado por los tiburones, siguió soñando y haciendo realidad sus metas, siempre con el amor y apoyo de su familia.
FIN.