El sueño de Evan y su autobús mágico


Había una vez en Ciempozuelos un niño llamado Evan, que tenía dos añitos y le encantaban los autobuses.

Desde que se despertaba por la mañana, lo primero que quería hacer era ir a ver pasar los colectivos por la calle. Un día soleado, Evan estaba en la parada del autobús con su mamá, esperando el colectivo para dar un paseo por la ciudad.

Mientras esperaban, Evan no paraba de hablar sobre todos los colores y formas de los autobuses que veía pasar. "¡Mira mamá, ese es amarillo como el sol!", exclamó Evan emocionado señalando un bus que pasaba frente a ellos. Su mamá sonreía feliz viendo lo entusiasmado que estaba su pequeño.

Finalmente llegó el autobús en el que subirían y juntos emprendieron un divertido viaje por la ciudad. Evan miraba por la ventana maravillado con cada cosa nueva que veía.

En una de las paradas, subió al autobús un abuelito muy simpático con sombrero y bastón. Se sentó al lado de Evan y empezaron a charlar. "¿Te gustan mucho los colectivos, eh?", preguntó el abuelito sonriendo.

Evan asintió emocionado y le contó al abuelito sobre su pasión por los autobuses y cómo soñaba con ser conductor cuando fuera grande. El abuelito escuchaba atentamente y luego sacó de su bolsillo un pequeño juguete en forma de autobús y se lo regaló a Evan.

El niño saltó de alegría y dio las gracias efusivamente al amable señor. "Recuerda siempre seguir tus sueños, querido Evan. Si quieres ser conductor de autobús algún día, trabaja duro y nunca pierdas esa pasión", dijo el abuelito con cariño antes de bajar del bus en su parada.

Evan apretó fuerte su nuevo juguete entre sus manos sintiendo una gran felicidad en su corazón. Sabía que debía esforzarse mucho para lograr su sueño pero también sabía que era posible si mantenía viva esa chispa dentro de él.

Desde ese día, Evan siguió amando los autobuses más que nunca pero ahora también tenía una meta clara en mente: convertirse en conductor cuando creciera.

Y con esfuerzo, dedicación y mucha pasión logró alcanzar su sueño años más tarde dejando huella en cada persona a la cual transportaba con amor e ilusión.

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