El sueño de Fabián



Había una vez en un barrio de Buenos Aires, un niño llamado Fabián. Era un chico muy amigable y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.

Un día, mientras jugaba al fútbol en la calle con sus amigos, vio pasar a un hombre mayor que le pareció familiar. - ¡Eh! - gritó Fabián - ¿No sos el Bocha? El hombre se dio vuelta y sonrió.

Era Ricardo Bochini, uno de los jugadores más famosos del Club Atlético Independiente. - Sí, soy yo - dijo Bochini - ¿Cómo estás? Fabián no podía creerlo.

¡Estaba hablando con su ídolo! Le contó todo lo que sabía sobre él y le preguntó si alguna vez podría conocer el estadio del club. - Claro que sí - respondió Bochini - Te invito a ver un partido esta semana. Fabián estaba tan emocionado que no sabía qué decir.

Agradeció mil veces al futbolista y corrió hacia su casa para contarle la noticia a su mamá. La semana pasó volando y llegó el día del partido. Fabián fue junto con su papá hasta el estadio donde lo estaba esperando Bochini.

Se sentaron juntos en la tribuna y disfrutaron del juego mientras charlaban sobre fútbol y la vida en general.

En ese momento ocurrió algo inesperado: durante el segundo tiempo, Independiente estaba perdiendo 1-0 contra Boca Juniors cuando de repente Fabián vio cómo Bochini se levantaba de su asiento como si fuera a entrar al campo de juego. - ¡Sos vos! - exclamó Fabián. - Sí, voy a jugar unos minutos - dijo Bochini con una sonrisa. Fabián no podía creerlo.

¡Bochini iba a entrar a la cancha! Y así fue: el ídolo de Independiente entró al campo y en pocos minutos logró empatar el partido con un golazo. Fabián estaba eufórico. Nunca había visto algo así y se sentía muy orgulloso de su amigo Bochini.

Al final del partido, los dos se despidieron con un abrazo y Fabián volvió a casa sintiendo que nada era imposible si uno se esforzaba lo suficiente.

A partir de ese día, Fabián decidió seguir su sueño de convertirse en jugador profesional de fútbol. No sabía si algún día llegaría a ser tan bueno como Bochini, pero estaba dispuesto a trabajar duro para lograrlo.

Y así termina esta historia inspiradora sobre la amistad entre un niño y su ídolo del fútbol argentino. Una historia que nos enseña que nunca es tarde para perseguir nuestros sueños y que siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos en el camino hacia ellos.

FIN.

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