El sueño de Feliciano


Había una vez un niño llamado Feliciano, a quien le encantaban los autos de carrera. Pasaba horas jugando con sus carritos y soñando con convertirse en piloto algún día. Pero había un problema: Feliciano no era muy obediente.

A menudo ignoraba las reglas que su mamá le ponía, lo que la hacía sentir triste y frustrada.

Un día, mientras preparaban la cena juntos, la mamá de Feliciano decidió contarle una historia especial:"-Había una vez un joven llamado Juan que también amaba los autos de carrera. Pasaba todo el tiempo libre que tenía trabajando en su auto para mejorar su velocidad y rendimiento. Pero a pesar de todo su esfuerzo, nunca lograba ganar ninguna carrera.

Juan estaba desanimado y a punto de abandonar su sueño cuando conoció a un sabio anciano que vivía en el bosque cercano. El anciano le contó historias fascinantes sobre la vida y como ser perseverante ante las adversidades.

El anciano le enseñó técnicas especiales para mejorar su concentración y habilidades al volante. Con dedicación y constancia, Juan comenzó a aplicar estas técnicas en cada carrera que corría. Finalmente llegó el gran día del campeonato nacional de carreras de autos.

Juan estaba nervioso pero confiado en sí mismo gracias a todo lo aprendido del sabio anciano.

La carrera fue dura e intensa pero gracias a todas las enseñanzas recibidas por el anciano, Juan logró vencer todos los obstáculos y cruzar la meta en primer lugar.

"Feliciano escuchaba atentamente toda la historia sin decir nada hasta que finalmente preguntó:"-Mamá, ¿qué enseñanza tiene esta historia?"La mamá de Feliciano sonrió y respondió:"-La enseñanza es que si quieres lograr algo en la vida, necesitas ser perseverante y obediente. Siempre debes hacer lo correcto, incluso cuando nadie está mirando. Si sigues tus sueños con dedicación y constancia, podrás alcanzarlos. "Feliciano se quedó pensando en las palabras de su mamá mientras cenaban juntos.

A partir de ese día, Feliciano comenzó a portarse mejor en casa y a seguir las reglas que su mamá le ponía.

También comenzó a aplicar todo lo aprendido de la historia del sabio anciano para mejorar sus habilidades al volante. Con el tiempo, logró convertirse en un gran piloto de carreras gracias a su perseverancia y dedicación.

Desde entonces, Feliciano siempre recordaba la historia de Juan y el sabio anciano como una inspiración para seguir adelante ante cualquier obstáculo que se presentara en su camino hacia sus sueños.

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