El Sueño de Futsal en Tipuani
Era un día soleado en Tipuani y la emoción se respiraba en el aire. La Unidad Educativa Pedro Domingo Murillo se preparaba para el gran campeonato de futsal. Los chicos de 5to grado, un grupo diverso de amigos, se habían estado entrenando durante meses y su sueño era ganar el torneo.
"Che, hoy es el día, tenemos que dar lo mejor de nosotros", dijo Lucas, el capitán del equipo, mientras se acomodaba su pecherita azul.
"Sí, pero también tenemos que divertirnos", enfatizó Carla, la única chica del equipo, con una sonrisa mientras sujetaba el balón.
A pesar de estar nerviosos, los chicos sabían que habían trabajado duro. El entrenador, el profe Diego, les había enseñado las bases del juego, pero también les había hablado sobre el trabajo en equipo y la importancia del respeto.
"Recuerden, no se trata solo de ganar. Lo más importante es que se apoyen mutuamente y que disfruten del juego", les recordó el profe mientras se acomodaban en la cancha.
El primer partido fue contra el equipo de la escuela San José. Los chicos comenzaron con mucha energía, pero a pesar de sus esfuerzos, perdieron en un reñido 3-2. La tristeza invadió el vestuario después del partido.
"No se preocupen, ¡no todo está perdido! ¡Aún tenemos más partidos!", dijo Lucas tratando de animar a sus compañeros.
Al día siguiente, se enfrentaron al equipo de la escuela 25 de Mayo, que resultó ser un rival más fuerte. Sin embargo, esta vez los chicos se unieron como nunca, apoyándose unos a otros en la cancha. Trabajaron en equipo y, gracias a un gol espectacular de Carla, lograron ganar 1-0.
"¡Lo hicimos!", gritó Pablo, un jugador que siempre había estado inseguro de sí mismo. El equipo estalló en abrazos y risas.
La final se acercaba y los nervios estaban a flor de piel. Habían llegado a la final contra el equipo de la escuela Nueva Esperanza. Al final del tiempo reglamentario, el partido estaba empatado 2-2. Todos los jugadores sabía que la tanda de penales los esperaba.
"Es ahora o nunca, compañeros", dijo Lucas, eligiendo sus palabras con cuidado. "Quiero que cada uno de nosotros juegue como si fuera la última vez que pisamos la cancha".
Los chicos se alinearon para los penales. Desde el arco, Mateo, el arquero, miraba a sus amigos, que estaban a su lado. Cuando le tocó patear, justo antes de hacerlo, se acordó de los entrenamientos del profe Diego.
"Confía en ti mismo", se dijo. Y así fue. Mateo paró dos penales y, con un increíble tiro de Carla, el equipo logró ganar el campeonato. El grito de alegría resonó en todo Tipuani.
"¡Lo logramos! ¡Somos campeones!", celebraron en un gran abrazo grupal.
Esa noche, mientras estaban en casa, cada uno reflexionaba sobre lo que había aprendido.
"Lo que más me gustó fue todo el esfuerzo que hicimos juntos y cómo nunca dejé que los nervios me paralizaran. ¡Fue genial!", dijo Lucas.
"Yo disfruté cada momento de cada partido. Aprendí que el fútbol es más que ganar, es compartir y divertirse", afirmó Carla.
Al día siguiente, al llegar a la escuela, todos los chicos del 5to grado fueron recibidos como héroes. El director y los otros maestros los felicitaron por su gran logro y por el espíritu de camaradería que habían demostrado.
"Saben, el verdadero premio es lo que aprendieron jugando juntos", les dijo el director, convencido de que habían crecido no solo como jugadores, sino también como amigos.
Y así, los niños de la Unidad Educativa Pedro Domingo Murillo no solo ganaron un trofeo, sino que también aprendieron sobre la amistad, el trabajo en equipo y el valor de disfrutar el proceso. Aunque siempre tendrían el recuerdo de esa gran victoria, lo que realmente quedó en sus corazones fue la experiencia compartida y los lazos que se fortalecieron en cada pase y cada gol.
"¡Hasta el próximo campeonato!", prometieron, con la sonrisa en el rostro y el deseo de seguir jugando juntos, pues todos sabían que lo mejor estaba por venir.
FIN.