El Sueño de Ivana



Era una noche tranquila en la casa de Ivana. La luna iluminaba su habitación mientras ella se acomodaba en su cama con un libro de cuentos. Poco a poco, sus párpados se fueron cerrando y, sin darse cuenta, entró en un profundo sueño.

En su sueño, Ivana se encontraba en un circo lleno de luces brillantes y música alegre. Todo era colorido y festivo, hasta que de repente, se dio cuenta de que un payaso de grandes zapatos y cara pintada la estaba persiguiendo.

"¡Ayuda! ¿Por qué me persigues?" - gritó Ivana, asustada, mientras corría por la carpa del circo.

El payaso, con su voz ruidosa y burbujeante, respondió:

"¡Solo quiero hacerte reír! No tengas miedo, Ivana. ¡Mira cuán altos puedo saltar!"

Pero Ivana, con lágrimas en los ojos, solo podía pensar en escapar.

Ivana corrió y corrió, hasta que de pronto, tropezó con un montón de pelotas de colores y cayó al suelo.

"¡Ay!" - exclamó, mientras el payaso se acercaba lentamente. Ella pensó que era el fin.

Cuando el payaso se acercó, Ivana se acomodó en el suelo, lista para enfrentar su destino. Pero en lugar de hacerle daño, el payaso dijo:

"Mira, Ivana, soy solo un payaso. Puedo hacer malabares, contar chistes y mostrarte acrobacias. ¡No soy de temer!"

Ivana lo miró con curiosidad.

"¿De verdad?"

El payaso asintió con entusiasmo, y de repente comenzó a hacer malabares con las pelotas de colores, cada vez más alto y más rápido.

"¡Mirá! ¡Soy divertido!"

Ivana, poco a poco, empezó a reír. Ya no tenía miedo.

"¡Eso es increíble!" - dijo, mientras el payaso daba un giro y hacía una voltereta.

Luego, el payaso sacó un gran globo en forma de perro de su bolsillo.

"¿Quieres uno, Ivana?" - preguntó, extendiendo el globo hacia ella.

Ivana sonrió y tomó el globo, sintiéndose más tranquila.

"¡Sí! ¡Gracias!"

Sin embargo, de repente el payaso comenzó a cambiar de forma y a desvanecerse en una nube de espuma de colores.

"Espera, no te vayas..." - dijo Ivana, asustada nuevamente.

"No te preocupes, Ivana. Solo estoy volviendo a casa. Pero recuerda, siempre que sientas miedo, puedes encontrar la alegría en ti misma. Los miedos son solo sombras. ¡Nunca dejes que te detengan!"

Y en un parpadeo, el payaso desapareció.

Ivana se despertó en su cama, empapada en sudor, pero con una gran sonrisa en el rostro. Se dio cuenta de que todo había sido solo un sueño.

"¡Qué aventura!" - se dijo a sí misma. "El payaso solo quería hacerme reír. A veces, lo que más tememos es solo una ilusión."

Desde aquel día, cada vez que Ivana sentía miedo, recordaba su emocionante encuentro con el payaso y buscaba la manera de encontrar alegría en su corazón. También entendió que no debía dejar que sus miedos la dominaran, y quehacer frente a ellos podía ser más divertido de lo que pensaba.

Ivana comenzó a contarle a sus amigos sobre su sueño, y ellos se rieron juntos, aprendiendo que los miedos pueden ser vencidos con risas y valentía.

Y así, en todos los juegos y risas compartidos, Ivana y sus amigos aprendieron que la verdadera fuerza está en disfrutar del momento, a pesar de los pequeños sustos que puedan aparecer en el camino.

FIN.

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