El sueño de Jason


Había una vez un niño llamado Jason, que desde muy pequeño soñaba con ser actor cuando fuera mayor. Desde que tenía uso de razón, disfrutaba de disfrazarse y representar diferentes personajes frente a su familia y amigos.

Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos Lucas y Sofía, les contó su gran sueño. "-Chicos, quiero ser actor cuando sea grande", les dijo emocionado.

Lucas lo miró sorprendido y preguntó: "-¿En serio? ¿No te da miedo subirte a un escenario?" Jason sonrió y respondió: "-Claro que no, me encanta actuar y hacer reír a la gente". Desde ese momento, Jason se comprometió consigo mismo a trabajar duro para cumplir su sueño.

Asistió a clases de teatro después del colegio y participó en obras escolares. Su pasión por la actuación era tan grande que incluso ensayaba en casa frente al espejo. Pero no todo fue fácil para Jason.

En el colegio, algunos compañeros se burlaban de él por querer ser actor. Le decían cosas como: "¡Ja-son! ¡Ja-son! El payaso del salón". Esto entristecía a Jason pero nunca dejó que las burlas lo desanimaran.

Un día, mientras caminaba por la calle con su abuelo Jorge, le contó sobre las burlas en el colegio. Jorge puso una mano en el hombro de Jason y le dijo: "-No prestes atención a esas personas negativas, mi querido nieto.

Siempre habrá quienes intenten detenerte o hacerte sentir mal por tus sueños. Pero recuerda que solo tú tienes el poder de decidir qué hacer con tu vida". Jason reflexionó sobre las palabras de su abuelo y decidió no rendirse.

Siguió adelante con sus clases de teatro y se unió a un grupo de teatro comunitario. Allí, encontró a personas que compartían su pasión por la actuación y lo apoyaban en su sueño.

Un día, mientras ensayaba para una obra importante, Jason recibió una noticia desalentadora: había quedado sin papel en la obra. Se sintió muy triste y pensó en abandonar todo.

Pero justo en ese momento, Sofía apareció con una gran sonrisa y le dijo: "-Jason, no importa si no conseguiste el papel esta vez. Lo importante es que sigas luchando por tus sueños". Estas palabras llenaron de valentía a Jason y decidió no rendirse. Continuó practicando y buscando nuevas oportunidades para demostrar su talento.

Finalmente, llegó el día del casting para una película muy famosa. Jason estaba nervioso pero decidido a dar lo mejor de sí mismo. Realizó la audición con tanta pasión que dejó impresionados a los directores.

Pasaron unos días llenos de ansiedad hasta que finalmente recibió la llamada: ¡había conseguido el papel principal! Jason saltaba de alegría y gritaba emocionado. A partir de ese momento, la carrera actoral de Jason despegó rápidamente.

Trabajó duro en cada proyecto e inspiraba a otros niños con su historia de perseverancia. Jason nunca olvidará todas las dificultades que enfrentó en el camino hacia su sueño, pero también recordará siempre cómo supo superarlas y convertirse en el actor que siempre soñó ser.

Y así, Jason demostró al mundo que si uno se esfuerza y no se rinde, los sueños pueden hacerse realidad.

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