El sueño de Jeshua
Había una vez un niño llamado Jeshua, que vivía en un pequeño pueblo de Argentina. Desde muy pequeño, Jeshua tenía una gran pasión por el fútbol.
Jugaba todos los días con sus amigos en la plaza del pueblo y soñaba con convertirse en un jugador profesional. Un día, mientras jugaban su partido diario, Jeshua vio a lo lejos a alguien que se acercaba corriendo hacia ellos.
Era nada más y nada menos que Cristiano Ronaldo, uno de los mejores futbolistas del mundo. Jeshua no podía creerlo, estaba emocionado y nervioso al mismo tiempo. Cristiano se acercó a ellos y les preguntó si podían jugar juntos.
Los niños no podían contener su emoción y aceptaron de inmediato. Durante el partido, Cristiano notó el talento especial de Jeshua para el fútbol. Al finalizar el juego, Cristiano se acercó a Jeshua y le dijo: "¡Eres increíble! Tienes mucho talento para ser tan joven.
No te rindas nunca en tu sueño de convertirte en jugador profesional". Aquellas palabras llenaron a Jeshua de amor y esperanza. A partir de ese día, Jeshua decidió entrenar aún más duro para mejorar sus habilidades.
Se levantaba temprano todas las mañanas antes de ir a la escuela para practicar tiros al arco y hacer ejercicios físicos. Además, estudiaba videos de partidos profesionales para aprender nuevas tácticas.
Con el tiempo, la noticia sobre el talento de Jeshua llegó hasta los oídos del director técnico del equipo juvenil de su ciudad. Decidió darle una oportunidad y lo invitó a unirse al equipo. Jeshua se esforzó al máximo en cada entrenamiento y partido.
Demostraba su amor por el fútbol en cada jugada, siempre con una sonrisa en el rostro. Su dedicación y pasión eran contagiosas para sus compañeros de equipo. El día del partido más importante de la temporada llegó.
El equipo de Jeshua se enfrentaba al mejor equipo juvenil del país. Jeshua estaba nervioso pero confiaba en sí mismo y en todo lo que había aprendido. Durante el partido, Jeshua tomó la pelota y dribló a varios jugadores rivales, mostrando su habilidad única en el campo.
Al finalizar el partido, su equipo ganó por un gol gracias a una espectacular anotación de Jeshua. La noticia sobre la actuación destacada de Jeshua se extendió rápidamente por todo el país.
Y así fue como un ojeador del club más grande del país escuchó sobre él y decidió ir a verlo jugar. El ojeador quedó impresionado con las habilidades de Jeshua y le ofreció un contrato para jugar en ese prestigioso club.
Era un sueño hecho realidad para Jeshua, quien no podía creer que estaba tan cerca de convertirse en jugador profesional. A partir de ese momento, Jeshua trabajó aún más duro para seguir mejorando como futbolista profesional.
Jugaba con pasión y siempre recordaba las palabras inspiradoras que Cristiano Ronaldo le había dicho aquel día: "No te rindas nunca". Y así, con amor, esperanza y mucha determinación, Jeshua logró cumplir su sueño de convertirse en un gran futbolista.
Jugó en los mejores equipos, ganó campeonatos y representó a su país en torneos internacionales. Jeshua demostró que con amor por lo que haces, esperanza en tus sueños y mucho trabajo duro, puedes alcanzar cualquier meta que te propongas.
Y así, su historia se convirtió en una inspiración para todos los niños del pueblo que soñaban con ser futbolistas profesionales.
FIN.