El sueño de Jhair



Había una vez un niño llamado Jhair, que vivía en la ciudad y siempre soñaba con explorar nuevos lugares.

Un día, su tío Diego y su primo Jean le propusieron ir de aventura a la hermosa catarata de Bayoz en Chanchamayo. Jhair estaba emocionado por la idea y rápidamente se preparó para el viaje. Empacaron todo lo necesario y subieron al auto de su tío para comenzar la travesía.

El camino era accidentado y lleno de baches, pero eso no detenía a estos valientes exploradores. En el trayecto, mientras reían y contaban chistes, el carro empezó a hacer ruidos extraños. Tío Diego intentó arreglarlo, pero desafortunadamente se malogró por completo.

Estaban varados en medio de ninguna parte sin señal telefónica. La noche comenzaba a caer y Jhair empezaba a sentir miedo. Pero su primo Jean le recordó que siempre hay soluciones para los problemas si uno se mantiene positivo.

Decidieron caminar hacia el pueblo más cercano en busca de ayuda. Caminaron durante horas hasta llegar al pequeño poblado.

Eran bienvenidos por todos los habitantes del lugar, quienes les ofrecieron comida caliente y un lugar donde pasar la noche mientras esperaban ayuda para reparar el auto. En medio del pueblo había un anciano sabio llamado Don Eduardo, conocido por sus historias inspiradoras.

Jhair le pidió que les contara una historia antes de dormir:"Había una vez un joven llamado Mateo que soñaba con ser músico profesional", comenzó Don Eduardo-. "Pero cada vez que intentaba tocar un instrumento, todos se burlaban de él y le decían que no tenía talento". Jhair se sintió identificado con la historia y prestó mucha atención.

Don Eduardo continuó:"A pesar de las críticas, Mateo nunca dejó de practicar y creer en sí mismo. Un día, tuvo la oportunidad de tocar en un concierto local.

Aunque estaba nervioso, cerró los ojos y dejó que su pasión lo guiara". Jhair sonrió al imaginar a Mateo tocando su música con tanta pasión. "Para sorpresa de todos, Mateo cautivó al público con su talento único", concluyó el anciano-.

"Ese día aprendió que nunca debemos renunciar a nuestros sueños por miedo al qué dirán. Si creemos en nosotros mismos y trabajamos duro, el éxito siempre llegará". Jhair entendió el mensaje del sabio anciano y se llenó de motivación para enfrentar cualquier obstáculo en su camino hacia la catarata.

Al día siguiente, gracias a la ayuda generosa de los pobladores, lograron reparar el auto y finalmente llegaron a la majestuosa catarata de Bayoz.

Jhair quedó maravillado por su belleza natural y se prometió a sí mismo siempre perseverar en sus sueños. Esta aventura enseñó a Jhair importantes lecciones: nunca rendirse ante las adversidades, mantener una actitud positiva incluso cuando todo parece ir mal y valorar la ayuda desinteresada de los demás.

Desde aquel día, Jhair llevaba consigo el recuerdo inolvidable del pueblo amable que les brindó apoyo cuando más lo necesitaban.

Y cada vez que enfrentaba desafíos en su vida, recordaba la historia de Mateo y se inspiraba para seguir adelante, sin importar qué obstáculos encontrara en su camino.

FIN.

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