El sueño de Jorge Luis



Había una vez un niño llamado Jorge Luis que siempre había soñado con ser profesor de Educación Física. Desde pequeño, le encantaba correr, saltar y jugar al aire libre.

Por eso, cuando llegó el momento de elegir su carrera universitaria, no tuvo dudas: quería estudiar para ser profe de E. F. Sin embargo, la vida no siempre es fácil y a veces los sueños parecen imposibles de alcanzar.

Jorge Luis tenía muchas dificultades económicas y su familia no podía ayudarlo mucho en ese aspecto. Además, las universidades públicas estaban muy lejos de su casa y él no tenía dinero para pagar una privada. A pesar de todo esto, Jorge Luis nunca perdió la esperanza.

Sabía que si seguía luchando por su sueño tarde o temprano lo lograría. Y así fue.

Un día, mientras caminaba por la calle pensando en cómo podría hacer para estudiar lo que tanto deseaba, se encontró con un viejo amigo del colegio. "¡Jorge Luis! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Qué has estado haciendo últimamente?", preguntó el amigo con entusiasmo. "Pues nada...

estoy buscando trabajo pero también quiero estudiar para ser profesor de Educación Física", respondió Jorge Luis un poco triste. "No te preocupes hermano... yo tengo un primo que trabaja en una universidad privada y me dijo que están buscando gente como tú. Te puedo dar el contacto si quieres", ofreció el amigo sonriendo.

Jorge Luis no podía creerlo. Parecía que todas las piezas del rompecabezas se estaban juntando justo en ese momento. Agradeció a su amigo y se fue corriendo a llamar al contacto que le había dado.

Después de algunas entrevistas y pruebas, Jorge Luis fue aceptado en la universidad y pudo empezar a estudiar para ser profesor de Educación Física. Pero eso no fue todo.

Un día, mientras estaba en clase, llegó un profesor invitado para dar una charla sobre deportes extremos. Jorge Luis quedó impresionado con lo que escuchó y decidió investigar más sobre el tema. Fue así como descubrió su verdadera pasión: el parkour.

Empezó a practicarlo todos los días, mejorando su técnica y compartiendo sus progresos en las redes sociales. Y entonces ocurrió algo mágico. Un día recibió un mensaje de una persona desconocida que le preguntaba si quería dar clases de parkour en una escuela primaria cercana.

La persona había visto sus videos en Instagram y quedado impresionada con su habilidad. Jorge Luis no podía creerlo. No sólo había logrado estudiar lo que tanto deseaba sino que ahora también podría compartir su amor por el deporte con otros niños.

Así fue como Jorge Luis descubrió todas las sincronicidades que habían ocurrido para cumplir su sueño de ser profesor de Educación Física y practicante de parkour.

Y entendió que a veces la vida nos sorprende con cosas maravillosas si seguimos luchando por nuestros objetivos sin perder la esperanza ni la fe en nosotros mismos.

FIN.

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