El sueño de Juan


Había una vez un hombre llamado Juan que vivía en Latinoamérica. Desde pequeño, había crecido en un barrio peligroso donde la delincuencia era algo común y muchos de sus amigos terminaron mal por seguir el camino equivocado.

Juan siempre supo que eso no era lo correcto, pero se sentía tentado por la idea de ganar dinero fácil y rápido como los demás.

Hasta que un día, escuchó a su abuela decirle algo muy importante:"Juan, nunca olvides tus valores y principios. Siempre haz lo correcto aunque te cueste más trabajo". Esas palabras resonaron en su mente durante días hasta que finalmente tomó una decisión: iba a cambiar su vida.

"Abuela, quiero hacer las cosas bien", le dijo a su abuela con determinación. "Eso me alegra mucho mi niño", respondió ella orgullosa. Así comenzó la aventura de Juan para convertirse en una persona honesta y trabajadora.

Pero no fue fácil ya que muchos de sus antiguos amigos trataban de persuadirlo para volver al mundo del crimen. Un día, mientras caminaba por la calle, encontró a un grupo de niños jugando fútbol con una pelota vieja y desgastada.

Se acercó a ellos y les preguntó si querían jugar contra él. Los niños aceptaron emocionados y así comenzaron a jugar juntos todos los días después de clases.

Juan se dio cuenta entonces de que tenía habilidades para enseñarles técnicas nuevas e incluso organizaba torneos entre ellos con premios simbólicos como dulces o juguetes usados. Poco a poco, otros jóvenes del barrio se unieron a ellos y comenzaron a llamarlo "El Profe".

Fue entonces cuando Juan decidió abrir una escuela de fútbol para niños en su barrio. "Quiero que estos niños tengan un futuro mejor. Que sepan que hay otra forma de ganarse la vida sin tener que recurrir al delito", les dijo a sus amigos.

La escuela fue todo un éxito y muchos padres empezaron a apoyar el proyecto. Incluso las autoridades locales se interesaron por la iniciativa y le ofrecieron ayuda económica para expandir la escuela. Juan estaba muy contento, pero sabía que aún había mucho por hacer.

Así que decidió también enseñarles valores como el respeto, la honestidad y la solidaridad. Un día, mientras caminaba con sus alumnos hacia el campo de fútbol, vio cómo unos jóvenes intentaban robarle a un anciano.

Sin pensarlo dos veces, corrió hacia ellos y logró detenerlos con ayuda de algunos vecinos. Desde ese día, Juan se convirtió en héroe local y muchos jóvenes del barrio lo admiraban por su valentía y determinación para luchar contra los delitos.

"Gracias por mostrarnos el camino correcto", le dijo uno de sus alumnos mientras lo abrazaba emocionado. Juan sonrió feliz sabiendo que había hecho algo bueno por su comunidad.

Y así siguió trabajando duro todos los días para seguir inspirando a otros jóvenes como él a cambiar su vida para bien.

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