El sueño de Juanito



Había una vez un niño llamado Juanito, que vivía en un pequeño pueblo de Argentina. Desde muy pequeño, Juanito tenía una pasión desbordante por el fútbol.

Pasaba horas y horas jugando en la cancha del barrio con sus amigos, soñando con algún día llegar a ser como su ídolo Lionel Messi. Un día, mientras paseaba por el parque cerca de su casa, Juanito encontró un viejo balón abandonado entre los arbustos.

Sin pensarlo dos veces, lo agarró y comenzó a hacer malabares con él. La pelota parecía tener vida propia bajo los pies de Juanito; era como si estuviera destinada a estar allí con él.

Desde ese momento, Juanito no podía separarse del balón ni un solo segundo. Lo llevaba consigo a todas partes: al colegio, al supermercado e incluso dormía abrazado a él todas las noches. Su amor por el fútbol se volvía cada vez más fuerte y claro: quería ser futbolista profesional.

Pero había un problema: sus padres no compartían la misma pasión que él tenía por el fútbol. Ellos creían que debía enfocarse en sus estudios y olvidar esa —"locura"  de querer ser futbolista.

Pero Juanito no estaba dispuesto a renunciar a su sueño tan fácilmente. Decidió entrenar en secreto para mejorar sus habilidades futbolísticas.

Todas las tardes después de clases, se escapaba al campo detrás de su casa para practicar tiros al arco y dominar el balón como nunca antes lo había hecho. Un día soleado mientras entrenaba, un ojeador del Real Madrid, de visita en Argentina, pasó casualmente por el campo donde estaba Juanito.

Quedó impresionado al ver la habilidad y pasión con la que jugaba el niño. Se acercó a él y le preguntó:- ¡Hola! ¿Te gustaría hacer una prueba con el Real Madrid? Juanito no podía creer lo que estaba escuchando. Sus ojos se iluminaron de emoción y alegría.

- ¡Sí, sí, claro que quiero! -respondió casi sin poder contener su entusiasmo. El día de la prueba llegó rápidamente y Juanito estaba nervioso pero emocionado. Había entrenado tanto para ese momento y estaba decidido a darlo todo en la cancha.

Cuando llegó al estadio del Real Madrid, se encontró rodeado de otros jóvenes talentosos como él. El entrenador les explicó las pruebas que iban a realizar y les deseó mucha suerte a todos.

Juanito dio lo mejor de sí mismo en cada ejercicio: corría velozmente por el campo, hacía pases precisos y anotaba goles increíbles. A medida que avanzaban las pruebas, su confianza crecía aún más. Finalmente, llegó el momento de conocer los resultados.

El entrenador llamaba uno por uno a los chicos seleccionados para formar parte del equipo juvenil del Real Madrid. Cuando nombraron a Juanito como uno de los elegidos, sus ojos brillaron con lágrimas de felicidad.

Su esfuerzo había valido la pena; había demostrado su talento al mundo entero. Desde ese día, Juanito dejó su pequeño pueblo en Argentina para cumplir su sueño de ser futbolista en el Real Madrid.

Aprendió no solo sobre fútbol, sino también sobre disciplina, trabajo en equipo y perseverancia. Años después, Juanito se convirtió en uno de los mejores futbolistas del mundo. Su nombre era conocido por todos y cada vez que pisaba una cancha, llenaba de alegría a miles de personas.

Pero nunca olvidó sus raíces ni a aquel niño apasionado que encontró un balón abandonado en un parque. Siempre recordó la importancia de perseguir los sueños y nunca rendirse ante las adversidades.

La historia de Juanito nos enseña que con pasión, esfuerzo y determinación, podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos.

No importa cuán grande sea nuestro sueño o cuántos obstáculos tengamos que superar; siempre habrá una oportunidad esperándonos si creemos en nosotros mismos y nunca dejamos de luchar por lo que amamos.

FIN.

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