El sueño de Juanito



Había una vez un niño llamado Juanito, que vivía en un pequeño pueblo de Argentina. Era un niño muy inquieto y curioso, siempre buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras paseaba por el parque del pueblo, vio a un hombre mayor con una sonrisa amable en el rostro. El hombre se acercó a Juanito y le dijo: "Hola, soy don Bosco. ¿Y tú cómo te llamas?". "¡Hola don Bosco! Soy Juanito", respondió emocionado el niño.

Don Bosco era conocido por ser un gran educador y amigo de los niños. Pasaban los días y Juanito comenzó a visitarlo regularmente en su centro educativo para aprender cosas nuevas y divertirse.

Un día, don Bosco le propuso a Juanito hacer algo especial juntos: construir un pequeño huerto en el patio del centro educativo. A Juanito le encantó la idea y se puso manos a la obra junto con don Bosco y otros niños del lugar.

Durante semanas, trabajaron duro cavando hoyos, sembrando semillas y regando las plantas. Juanito aprendió sobre la importancia de cuidar de la naturaleza y cómo cada planta crecía gracias al amor y dedicación que le brindaban.

Un día soleado, cuando las flores estaban en pleno esplendor, don Bosco tuvo otra idea para sorprender a los niños: organizaron una feria artesanal donde podrían vender las frutas y verduras que habían cultivado juntos.

Juanito estaba emocionado por mostrarle al mundo lo que había aprendido junto a don Bosco. Prepararon todo con mucho entusiasmo: decoraron los puestos, pusieron precios a sus productos y practicaron cómo venderlos.

El día de la feria llegó y el pueblo se llenó de gente curiosa por ver lo que los niños habían logrado. Juanito estaba nervioso pero emocionado, listo para mostrar su huerto y todo lo que había aprendido con don Bosco. La feria fue un éxito rotundo.

La gente compraba las frutas y verduras frescas, maravillada por el esfuerzo y dedicación de los niños. Juanito se sentía feliz al ver cómo su trabajo duro había dado frutos.

Al final del día, don Bosco reunió a todos los niños en una gran ronda para felicitarlos por su excelente trabajo. Les recordó lo importantes que eran cada uno de ellos y cuánto podían lograr cuando trabajaban juntos. "¡Gracias don Bosco! Sin ti nunca hubiéramos logrado esto", exclamó Juanito, abrazando al educador.

Don Bosco sonrió con orgullo y respondió: "Recuerda siempre que puedes alcanzar tus sueños si crees en ti mismo y trabajas duro. Tú eres capaz de hacer grandes cosas".

Desde ese día, Juanito siguió visitando a don Bosco regularmente, aprendiendo nuevas lecciones sobre la vida y disfrutando cada momento junto a sus amigos del centro educativo. Y así, gracias a la amistad con don Bosco, Juanito descubrió el valor del esfuerzo, la importancia de trabajar en equipo y nunca dejar de soñar en grande.

FIN.

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