El sueño de Julia y el EKEKO



Julia era una niña alegre y soñadora que pasaba horas en el parque cerca de su casa. Un día, construyó con plastilina una pequeña casita, imaginando que sería el hogar perfecto para su familia y su gatito. Mientras jugaba, escuchó a unos niños hablar sobre el EKEKO, un dios de la fortuna que hacía realidad los deseos de las personas.

Julia se emocionó al enterarse de esto y decidió pedirle al EKEKO que convirtiera su pequeña casita de plastilina en una casa de verdad para su familia y su gatito. Con una mezcla de ilusión y timidez, Julia realizó su pedido con mucha fe.

Pasó el tiempo y Julia continuó jugando en el parque, esperando pacientemente. Un día, mientras paseaba por el parque, vio a un anciano amable rodeado de juguetes y adornos coloridos. Era el EKEKO en persona, quien se le acercó con una sonrisa amigable.

- Hola, pequeña Julia. He venido a cumplir tu deseo -dijo el EKEKO con bondad.

Julia no podía creer lo que escuchaba. El EKEKO le explicó que, gracias a su fe y buen corazón, había logrado que su casita de plastilina se convirtiera en una casa de verdad para su familia y su gatito. Era una casa hermosa, llena de amor y alegría.

Julia sintió una emoción indescriptible al ver su sueño hecho realidad. Agradeció al EKEKO con todo su corazón y corrió a contarles a sus padres la maravillosa noticia. Todos se abrazaron con felicidad y celebraron la llegada de su nuevo hogar.

Desde ese día, Julia comprendió que creer en los sueños y tener fe podía hacer que cosas maravillosas sucedieran. Aprendió que la perseverancia, la bondad y la esperanza son poderosas herramientas para alcanzar nuestras metas. Y, sobre todo, descubrió que el verdadero valor de un hogar no está en las paredes o el techo, sino en el amor que lo llena.

FIN.

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