El sueño de Julio



Había una vez un niño llamado Julio, que desde pequeño soñaba con ser médico para poder ayudar a las personas y a los animales. Aunque era muy estudioso, también sabía la importancia de descansar y divertirse.

Un día, Julio decidió salir de su casa en patinete hacia el parque. Allí se encontró con sus amigos y amigas, y juntos jugaron a la pelota hasta que llegó la hora de regresar a casa.

Pero al llegar, su mamá lo recibió con una mirada seria. - Julio, ¿por qué siempre juegas videojuegos en lugar de hacer ejercicio? Necesitas mantenerte activo para crecer sano y fuerte -le dijo su mamá mientras le entregaba manzanas y plátanos saludables.

Julio entendió el mensaje de su mamá y decidió pasar menos tiempo frente a la pantalla y más tiempo jugando al aire libre. Esa tarde, mientras disfrutaba del sol junto a sus amigos, escucharon un ruido proveniente de la calle.

Al acercarse, descubrieron que un gatito había sido atropellado por una moto. Sin dudarlo, Julio tomó al pequeño felino entre sus brazos y lo llevó rápidamente a su casa.

Con cuidado, lo limpió en la bañera y le dio agua fresca para que se recuperara. - Tranquilo gatito, estarás bien pronto -susurraba Julio mientras acariciaba al minino. Después de unas horas de cuidados intensivos, el gato comenzó a moverse tímidamente. Parecía recuperarse gracias al amor y dedicación de Julio.

Finalmente, cuando el gato estuvo completamente recuperado, Julio decidió devolverlo a su hogar en donde pertenecía.

Desde ese día en adelante, Julio comprendió que ser médico no solo implicaba tratar a las personas enfermas, sino también velar por el bienestar de los animales necesitados. Así que continuó estudiando con entusiasmo para cumplir su sueño de convertirse en un gran doctor que cuida tanto a las personas como a los animalitos indefensos.

Y todo empezó con una simple decisión: salir a jugar al parque en lugar de quedarse frente a la pantalla.

FIN.

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