El sueño de la flor salvada



Había una vez en un hermoso jardín, la última asalita de Rufina. Esta pequeña flor era muy especial, ya que a diferencia de las demás, ella tenía la capacidad de soñar.

Rufina, una niña curiosa y amante de la naturaleza, descubrió a la asalita un día mientras paseaba por el jardín. Se acercó con cuidado y escuchó cómo la flor susurraba palabras llenas de esperanza y amor.

Desde ese momento, Rufina visitaba a la asalita todos los días para escuchar sus sueños y compartir los propios. "¿Qué sueñas hoy, querida asalita?", preguntaba Rufina con una sonrisa.

La asalita respondía con entusiasmo: "Hoy sueño con ver volar a las mariposas entre las flores y sentir el suave beso del sol en mis pétalos. "Rufina se emocionaba al escuchar los sueños de su amiga floral y juntas pasaban horas imaginando un mundo lleno de colores y alegría.

Sin embargo, un día llegó una sequía que amenazaba con marchitar al jardín entero, incluyendo a la preciada asalita. Rufina se preocupó mucho al ver cómo las demás flores comenzaban a marchitarse lentamente. Entonces decidió buscar una solución para salvarlas a todas, especialmente a su querida amiga la asalita.

Con determinación, Rufina trajo agua del pozo del pueblo en baldes y regó cada rincón del jardín sin descanso. Sus esfuerzos dieron resultado y poco a poco las flores empezaron a recuperarse.

La última en revivir fue la asalita, cuyos pétalos brillaban más que nunca. "¡Gracias por salvarme, querida Rufina! Ahora puedo seguir soñando gracias a tu amor y dedicación", dijo la asalita emocionada.

Rufina abrazó con ternura a su amiga floral y prometió seguir cuidando del jardín para que nunca más sufriera por falta de agua. A partir de ese día, el vínculo entre Rufina y la asalita se fortaleció aún más, convirtiéndose en un ejemplo de amistad inquebrantable.

Y así, gracias al amor desinteresado de Rufina y los sueños eternos de la última asalita del jardín, el lugar se transformó en un oasis de vida donde cada ser viviente podía florecer plenamente junto a sus seres queridos.

Porque cuando hay amor y sueños compartidos, nada es imposible.

FIN.

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