El Sueño de la Hada Lluvia
Había una vez, en un bosque encantado, una pequeña hada llamada Lluvia. A Lluvia le encantaba jugar entre las flores y ayudar a los animales, pero había algo que la inquietaba. Cada noche, al cerrar los ojos, soñaba con un enorme lobo que se paseaba por el bosque. Sin embargo, no era un lobo feroz, sino que parecía triste y solitario.
Una mañana, mientras Lluvia descansaba en una hoja fresca, vio que algo caía del cielo. Era un móvil brillante, lleno de colores.
"¡Mirá lo que encontré!" - gritó Lluvia mientras volaba hacia su amiga, la mariposa Tina.
"¡Es hermoso!" - respondió Tina, admirando el artefacto que había caído de las nubes. "Pero, ¿de dónde habrá venido?"
"No lo sé, pero quizás deba devolverlo a quien lo perdió. Tal vez el lobo lo necesita..." - sugirió Lluvia.
Con la decisión de ayudar al lobo, Lluvia voló hacia el lugar donde siempre veía al lobo en sus sueños. El bosque empezaba a oscurecerse y una suave lluvia comenzó a caer. Lluvia se sintió un poco nerviosa, pero tenía que ser valiente.
Al llegar a una cueva oscura, escuchó un sollozo. Se asomó y vio al lobo acurrucado.
"¡Hola, lobo!" - saludó Lluvia. "He traído algo que creo que es tuyo." - Lluvia mostró el móvil.
El lobo levantó la vista, sorprendido.
"¿Yo? No creo que sea mío. Nunca he tenido un móvil..." - dijo el lobo con voz triste.
"Pero soñé contigo. En mis sueños, siempre pareces tan solitario. Quizás esto te ayude a conectarte con otros." - le explicó Lluvia.
El lobo miró el móvil y por primera vez sonrió.
"No sé mucho sobre esos dispositivos..." - admitió con timidez.
"¡No te preocupes! Yo puedo enseñarte" - aseguró Lluvia. "Juntos podemos explorar sus funciones. Podés mandar mensajes a otros animales. Tal vez puedas hacer amigos."
El lobo se animó.
"¿Me ayudarías de verdad?"
"¡Por supuesto!" - exclamó Lluvia, y comenzó a explicar cómo usar el móvil mientras la lluvia continuaba cayendo.
Así, Lluvia y el lobo compartieron un momento de aprendizaje, risas y mucha complicidad. Lluvia le mostró cómo enviar mensajes a la ardilla Saltarina, y así comenzaron a recibir respuestas y crear un grupo de amigos que no conocían al lobo por su apariencia, sino por su genial personalidad.
"¡Esto es increíble!" - dijo el lobo emocionado. "Nunca pensé que podría tener tantos amigos. El sueño que tenía de sentirme acompañado se está volviendo realidad."
Desde ese día, Lluvia y el lobo se volvieron inseparables. Gracias a ese extraño móvil, encontraron la amistad en lugares que nunca imaginaban. El lobo dejó de estar solo, y con el tiempo, aprendió a disfrutar de los días de lluvia, jugando y riendo con sus nuevos amigos del bosque.
Y cada vez que Lluvia miraba el cielo nublado, pensaba en lo que había descubierto: a veces, los sueños pueden parecer aterradores, pero también pueden llevarte a nuevas aventuras y amistades que nunca imaginaste.
Con el corazón lleno, Lluvia seguía ayudando a todos en el bosque, y el lobo, ya no solitario, se convirtió en el protector de sus amigos, siempre compartiendo risas y buenos momentos bajo la lluvia.
Y así, el bosque encantado se llenó de alegría y amistad, porque a veces, los mejores sueños son los que se hacen realidad.
FIN.