El Sueño de las Plantas en Invierno



En un jardín hermoso y lleno de vida, donde las flores sonrisas perfumaban el aire y las hojas jugaban a ser mariposas, llegó el frío. Las plantas comenzaban a sentir el cambio y se arremolinaban en pequeños grupos, preocupadas.

- ¿Qué es el invierno? - preguntó Margarita, una margarita radiante, con sus pétalos dibujando una sonrisa.

- Es cuando la naturaleza descansa - explicó Roble, el árbol más sabio del jardín, con su tronco robusto y su frondosa copa. - Nos preparamos para un largo sueño, como cuando tú te acuestas después de un día lleno de aventuras.

Las plantas se miraron entre sí, intrigadas pero también un poco asustadas.

- ¿Y durante el invierno, qué haremos? - inquirió Clavelina, un clavel de deseos que siempre estaba lista para ayudar a los demás.

- Muy buena pregunta - respondió Roble con una sonrisa. - Durante el invierno, cada uno de nosotros tiene un papel importante. Es tiempo de preservar nuestras energías y soñar. Luego, cuando llegue la primavera, renaceremos más fuertes y felices.

- Pero, ¿y si nos olvidamos de cómo hacerlo? - preguntó despreocupada una pequeña hierba llamada Verdecita, comenzando a inquietarse.

- ¡No te preocupes, pequeña! - respondió Roble con un tono calmado. - Cada noche, mientras soñamos, recordamos la calidez del sol y la alegría de crecer. Todo el jardín se llena de hermosos sueños.

Y así, las plantas decidieron que compartirían sus sueños cada noche. De a poco comenzaron a caer las primeras heladas y la tierra se cubrió con un manto blanco. Las plantas se envolvieron en sus hojas, mientras Roble les relataba historias de primavera y colores.

Una noche, mientras el viento susurraba delicias en el aire, Margarita tuvo un sueño especial.

- ¡Chicos, tuve un sueño maravilloso! - exclamó al despertar. - Soñé que éramos grandes, tan altos como Roble, y el sol nos iluminaba desde arriba.

- ¡Qué hermoso! - celebró Clavelina. - Yo soñé que volábamos como mariposas sobre un campo de flores.

Pero las noches continuaron y, aunque los sueños eran divertidos, algunos comenzaron a sentir el frío con más intensidad.

- ¿Qué pasará si no llegan la primavera y el sol? - preguntó Verdecita, con un hilo de preocupación en su voz.

- Confía en la naturaleza - respondió Roble, firmemente. - Ella siempre sabe lo que hace. El invierno es solo un descanso, y pronto, nosotros también despertaremos. Pero hay algo muy importante que debemos hacer: todos juntos debemos contar nuestros sueños para mantenernos cálidos.

Con esa idea en mente, las plantas comenzaron a reunirse cada noche, a cantar suaves melodías y a contar historias de sus sueños. Así se sentían más seguras y cálidas.

Una de esas noches, Margarita propuso.

- ¿Y si hacemos un gran festival de sueños? Así, cuando el invierno sea más fuerte, nos recordaremos que pronto volveremos a florecer.

- ¡Me encanta la idea! - gritaron al unísono.

Así, comenzaron a prepararse. Cada planta traía algo especial: margaritas contaban cuentos de colores, claveles ofrecían aromas que traían alegría y las hierbas danzaban al compás de la música que creaban con sus susurros.

El gran día llegó: el jardín brillaba, rebosante de luz y risas en el aire. Aunque el frío seguía afuera, en el corazón de cada planta había un calor especial.

- Vean lo que hemos creado - dijo Roble, admirando a su jardín. - Somos más que solo plantas, somos una comunidad que se apoya y sueña junta.

Y así, entre sueños compartidos, el tiempo pasó. Cuando el primer rayo de sol acarició las ramas de Roble un hermoso día de marzo, las plantas comenzaron a despertar, llenas de energía, listas para renacer y florecer de nuevo. El invierno había sido solo un buen descanso, y ahora, cada una comprendía la importancia de soñar y de mantenerse unidas.

- ¡Es primavera! - gritaron las plantas mientras florecían, llenando el jardín de colores y fragancias.

Y Roble, desde su posición privilegiada, sonrió, sabiendo que el sueño del invierno había sido un gran regalo para el jardín entero. Desde entonces, cada año, al llegar el frío, el jardín celebraba su festival de sueños, recordando a todos que, incluso en los momentos de pausa, siempre hay magia en los sueños compartidos.

FIN.

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