El sueño de Leandro



Leandro era un niño apasionado por el fútbol. Cada día, después de la escuela, corría hacia su casa para ponerse su uniforme y salir a la cancha del barrio a jugar con sus amigos.

Un día, mientras jugaba al fútbol en la calle, Leandro vio pasar un auto deportivo rojo brillante. Cuando se acercó más, descubrió que era Lionel Messi quien conducía el auto. Leandro no podía creer lo que veían sus ojos.

Él había soñado con conocer a Messi desde que tenía memoria. Con las piernas temblando y los ojos llenos de lágrimas de felicidad, corrió detrás del auto gritando:- ¡Messi! ¡Messi! Pero el auto ya estaba lejos y Messi no lo había escuchado.

Leandro volvió a su casa triste pero decidido. Sabía que si quería cumplir su sueño debía esforzarse mucho más en el fútbol. Así que comenzó a practicar aún más duro todos los días.

Entrenaba solo en la cancha del barrio hasta altas horas de la noche y siempre estaba buscando maneras de mejorar su técnica. Su dedicación dio resultados rápidamente: pronto fue seleccionado para jugar en un equipo local y comenzó a destacarse como uno de los mejores jugadores.

Un día, mientras jugaba un partido importante contra otro equipo local, Leandro notó algo extraño: entre los espectadores estaba sentado Lionel Messi observando el juego con atención.

Leandro no podía creerlo: allí estaba él, frente al ídolo futbolístico por quien había trabajado tan duro durante tanto tiempo. Después del partido, Messi se acercó a Leandro y le dijo:- Oí que gritabas mi nombre en la calle hace unos meses.

Me alegra ver que has trabajado duro para mejorar tu juego. Eres un jugador talentoso. Leandro estaba tan emocionado que no podía hablar. Finalmente, después de unos segundos de silencio, logró decir:- Gracias por venir a vernos jugar. Eres mi ídolo.

Messi sonrió y respondió:- Sigue trabajando duro y algún día podrás ser como yo o incluso mejor. Desde ese día, Leandro siguió entrenando con más dedicación que nunca.

Aprendió mucho observando los partidos de Messi y soñaba con convertirse en el mejor jugador de fútbol del mundo. Y aunque nunca volvió a encontrarse con su ídolo en persona, siempre recordaría aquel día en que Lionel Messi lo había elogiado por su esfuerzo y dedicación al deporte que tanto amaba.

FIN.

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