El sueño de Leda



A Leda era una niña muy activa y curiosa. Le encantaba jugar con sus amigos, explorar el mundo que la rodeaba y descubrir cosas nuevas.

Pero había algo que no le gustaba tanto: la comida que hacía su mamá. "Mamá, ¿por qué siempre cocinas lo mismo? No me gusta tanto la carne y las verduras", se quejó A Leda un día mientras jugaban en el jardín.

"Bueno hija, tienes que comer de todo para crecer fuerte y saludable", respondió su mamá con una sonrisa. A Leda hizo una mueca y corrió a seguir jugando. Pero por dentro seguía pensando en lo aburrida que era la comida de su casa.

Lo único que realmente le gustaba eran los dulces: tortas, galletitas, helados... Todo lo dulce era bienvenido en su paladar. Un día, mientras paseaban por el centro comercial, A Leda vio una tienda de golosinas.

Sus ojos brillaron al instante y corrió hacia ella sin pensarlo dos veces. "Mamá, ¡quiero comprarme todas estas golosinas! Son mis favoritas", exclamó A Leda emocionada mientras señalaba todos los paquetes de caramelos y chocolates. Su mamá frunció el ceño preocupada:"Hija, no podemos comer tantas golosinas seguido.

Es malo para nuestra salud". Pero A Leda no quería escuchar razones. Quería satisfacer su antojo inmediato de dulces sin importarle las consecuencias a largo plazo. Sin embargo, esa noche algo extraño ocurrió.

Mientras dormía profundamente, A Leda tuvo un sueño muy vívido. Se encontraba en una especie de bosque mágico lleno de árboles gigantes y flores luminosas.

De repente, se topó con una hada que le preguntó:"¿Por qué estás tan triste, pequeña?"A Leda se encogió de hombros y respondió:"No sé... Me gusta jugar y explorar cosas nuevas, pero no me gusta la comida que hace mi mamá. Solo me gustan los dulces".

La hada sonrió comprensiva y le dijo algo que cambiaría la forma en que A Leda veía las cosas para siempre:"Los dulces pueden ser deliciosos, pero no te dan todo lo que necesitas para crecer fuerte y saludable.

La comida es como la magia: si combinas los ingredientes correctos puedes crear maravillas". A Leda abrió mucho los ojos sorprendida por lo que acababa de escuchar. "¿Qué quieres decir?", preguntó curiosa. La hada le explicó cómo cada alimento tenía diferentes vitaminas y nutrientes importantes para el cuerpo humano.

Y cómo combinándolos correctamente podían crear comidas deliciosas y nutritivas a la vez. A Leda despertó sintiéndose renovada y emocionada por descubrir más sobre este mundo nuevo de sabores e ingredientes.

Decidió pedirle ayuda a su mamá para cocinar juntas algo diferente esa noche. "Mamá, ¿me enseñas a cocinar algo rico? Quiero aprender más sobre esto", pidió A Leda con una sonrisa llena de energía. Su mamá asintió encantada por verla tan motivada.

Juntas se pusieron a buscar recetas en internet y fueron al supermercado para comprar los ingredientes necesarios. Esa noche, A Leda y su mamá cocinaron juntas una deliciosa ensalada de pollo con vegetales frescos y una vinagreta casera.

A Leda estaba emocionada por probar algo nuevo y diferente. Y cuando lo hizo, supo que había descubierto un mundo nuevo de sabores y texturas que nunca antes había experimentado.

"¡Mamá, esto está riquísimo! No puedo creer que haya sido tan fácil hacer algo tan delicioso", exclamó A Leda mientras devoraba su ensalada. Su mamá sonrió orgullosa de su hija:"Así es, hija. La comida puede ser mágica si sabes cómo combinar los ingredientes correctos".

A partir de ese día, A Leda se emocionó por aprender más sobre la cocina y los diferentes alimentos que existían en el mundo. Descubrió nuevos platillos, aprendió a cocinarlos con su mamá e incluso empezó a disfrutar más la comida casera que antes no le gustaba tanto.

Y aunque seguía teniendo antojos de dulces cada tanto, ahora entendía mejor la importancia de comer bien para mantenerse saludable y fuerte para seguir explorando el mundo con sus amigos.

FIN.

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