El sueño de Lesly y Nombradito



Había una vez una mamá llamada Lesly que vivía en un pequeño pueblo de Argentina junto a su bebé llamado Nombradito.

Lesly era una mujer muy trabajadora y siempre estaba buscando la forma de darle lo mejor a su hijo. Un día, Lesly decidió llevar a Nombradito al parque para que pudiera jugar y divertirse con otros niños. Al llegar, se encontraron con un grupo de amigos que estaban jugando al fútbol.

Nombradito se emocionó mucho y quiso unirse al juego. "¡Mamá, quiero jugar fútbol!", exclamó Nombradito emocionado. Lesly le sonrió y le dijo: "Claro que sí, mi amor. Pero primero debes aprender algunas reglas básicas del juego".

Nombradito asintió con entusiasmo mientras su mamá le explicaba cómo se jugaba el fútbol. Aprendió sobre los equipos, las posiciones y cómo hacer goles. Estaba listo para comenzar. El primer partido de Nombradito fue difícil.

Los otros niños eran más grandes y rápidos, pero él no se rindió. Siguió corriendo detrás del balón e intentando hacer goles sin importarle los obstáculos. Después de varios partidos, Nombradito comenzó a destacarse por su habilidad para pasar el balón y marcar goles sorprendentes.

Los demás niños lo admiraban y querían ser como él.

Un día, durante un partido importante contra otro equipo del pueblo vecino, lesly vio algo preocupante: uno de los jugadores rivales empujó a Nombradito tan fuerte que cayó al suelo y se lastimó la pierna. Lesly corrió hacia él y lo abrazó con ternura. "Tranquilo, mi amor. Todo estará bien", le susurró mientras lo ayudaba a levantarse. Aunque Nombradito estaba dolorido, no quería abandonar el partido.

Lesly sabía que su hijo era valiente y decidió apoyarlo en su decisión. El equipo de Nombradito estaba perdiendo por un gol cuando él regresó al campo de juego cojeando.

Pero algo increíble sucedió: Nombradito hizo una jugada asombrosa, driblando a varios jugadores y marcando un gol espectacular. La multitud estalló en aplausos y gritos de alegría. El equipo de Nombradito se llenó de energía y comenzaron a jugar mejor que nunca.

Al final del partido, el equipo de Nombradito ganó por tres goles a dos. Fue un momento emocionante para todos, pero especialmente para Lesly, quien estaba llena de orgullo por su hijo. Desde ese día, Nombradito se convirtió en una inspiración para los demás niños del pueblo.

Todos querían aprender a jugar como él: con pasión, perseverancia y valentía. Lesly siempre recordaría aquel día como uno de los más importantes en la vida de su hijo.

Aprendió que no importa cuántas veces caigas, lo importante es levantarse y seguir adelante con determinación. Y así fue como Lesly y su bebé nombradito demostraron al mundo que no hay límites para alcanzar los sueños si tienes fe en ti mismo y nunca te rindes.

Juntos, lograron superar cualquier obstáculo y vivieron una vida llena de felicidad y éxito.

FIN.

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