El Sueño de Lucas



Lucas era un niño que vivía en un barrio humilde de Buenos Aires. Desde pequeño, soñaba con ser un gran futbolista como su ídolo, el famoso Diego.

Todos los días, después de la escuela, corría al parque con su pelota de fútbol desgastada y jugaba con sus amigos hasta que el sol se escondía detrás de los edificios.

A pesar de que algunos le decían que debía concentrarse en los estudios y dejar de “perder el tiempo” en el fútbol, Lucas no se rendía. Su abuela siempre lo animaba: "El trabajo duro siempre rinde sus frutos, Lucas. Si te apasiona, ¡lucha por eso!"-. Motivado por sus palabras, el pequeño se esforzaba al máximo en cada partido y en cada entrenamiento.

Así fue como empezó a destacar en su equipo local, donde su destreza con la pelota y su gran compañerismo llamaron la atención de un cazatalentos.

Un

día, mientras Lucas entrenaba, se acercó un hombre alto con una gorra y gafas de sol. "Hola, muchacho. He estado observándote. Tienes un gran talento y tengo una propuesta para ti"-. Lucas no podía creer lo que escuchaba. Le ofrecieron la oportunidad de probarse en un club de la primera división.

Pero había una condición: debía trasladarse a una ciudad lejana, y eso lo asustaba un poco. "No sé si puedo dejar a mis amigos y mi barrio"-, dudó Lucas. Su abuela le dijo con una sonrisa: "Los verdaderos amigos siempre estarán contigo, Lucas.

No tengas miedo de seguir tu sueño"-. Así fue cómo, decidido y con el apoyo de su familia, Lucas aceptó la oferta.

El pequeño futbolista aprendió que seguir su pasión no significaba olvidar sus raíces, sino que podría llevar su amor por el fútbol a nuevas canchas mientras mantenía siempre en su corazón a su barrio y sus amigos.

Con los años, Lucas llegó a convertirse en un gran ícono del fútbol argentino, siempre recordando su viaje desde las calles de Buenos Aires hasta los estadios más importantes del mundo, mostrando que con esfuerzo y pasión, los sueños pueden hacerse realidad.

FIN.

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