El sueño de Manuela


Manuela era una niña muy especial, siempre había sido así desde que era pequeña. Desde que tenía 3 años, su mamá la llevaba a clases de ballet y ella se enamoró de ese arte.

Manuela no podía imaginar su vida sin bailar. Un día, mientras practicaba sus movimientos en el parque, vio un cartel anunciando el Festival de Danza de Joinville.

Manuela sabía que este festival era uno de los más importantes del mundo y su sueño siempre había sido bailar allí. Pero también sabía que no sería fácil lograrlo.

Decidió hablar con su mamá sobre su sueño:- Mamá, ¿crees que algún día podré bailar en Joinville? - Claro mi amor, si te esfuerzas y trabajas duro para conseguirlo. Manuela decidió entonces comenzar a trabajar aún más duro en sus clases de ballet.

Se levantaba temprano todas las mañanas para practicar antes de ir a la escuela y después seguía ensayando hasta altas horas de la noche. Pero pronto descubrió algo inesperado: un nuevo profesor llegó al estudio donde tomaba clases y él parecía tener una opinión diferente sobre cómo debían hacerse las cosas.

- Eso no está bien - le dijo él cuando corrigió uno de sus movimientos - tienes que moverte así... Manuela se sintió confundida e incómoda. No estaba segura si lo que él decía estaba bien o si debería seguir haciendo lo mismo que había aprendido antes.

Al finalizar la clase, habló con su mamá sobre esto:- Mamá, hoy el nuevo profesor me dijo que hacía todo mal...

¿Qué hago? Su mamá la escuchó con atención y le dio un sabio consejo:- Manuela, siempre habrá personas que piensan diferente a nosotros. Lo importante es mantener nuestros valores y creencias, pero también estar abiertos a aprender cosas nuevas. No tengas miedo de preguntar y pedir ayuda cuando la necesites.

Manuela decidió entonces hablar con su viejo profesor sobre lo que había pasado en clase. Él la escuchó atentamente y le explicó que cada profesor tiene su propio estilo de enseñanza, pero que lo más importante era encontrar el camino que mejor se adapte a ella misma.

Con este nuevo aprendizaje, Manuela comenzó a tomar las clases del nuevo profesor con una mente abierta. Descubrió que algunas cosas sí funcionaban mejor para ella cuando las hacía de otra manera y otras no tanto.

Finalmente llegó el gran día: el Festival de Danza de Joinville. Manuela estaba nerviosa pero emocionada al mismo tiempo.

Cuando subió al escenario para presentarse en su categoría, se dio cuenta de algo sorprendente: había muchísimas niñas bailando igual o incluso mejor que ella. Pero entonces recordó todo lo que había aprendido durante su camino hasta allí: trabajar duro, ser perseverante y estar abierta a aprender cosas nuevas.

Y eso fue precisamente lo que hizo: bailar como nunca antes lo había hecho. Cuando terminó su presentación, recibió una ovación del público y los jueces quedaron impresionados por su talento y dedicación.

Al finalizar el festival, uno de los jurados se acercó a ella:- ¿Cómo te llamas? - Me llamo Manuela - respondió ella tímidamente. - Pues déjame decirte que tienes un gran futuro en la danza. Sigue trabajando duro y verás cómo llegarás muy lejos. Manuela se sintió como si estuviera flotando en el aire.

Había logrado su sueño y, lo más importante, había aprendido una valiosa lección sobre la vida: nunca es tarde para aprender algo nuevo y siempre hay que seguir adelante con determinación y perseverancia.

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